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TIEMPO DE LA CRUZ 

El tiempo ha cambiado, ya no es lo mismo que ayer. La oración la hemos cambiado por el juego, yo qué sé (…). Recuerdo haber escrito estas líneas para la canción Tiempo de la cruz después de ver la impactante predicación, “El discipulado radical, completo y verdadero” de nuestro hermano Josué Yrion. Fue tan impactante, que terminé quebrantado por completo y pidiéndole al Espíritu Santo que me diera la capacidad de entender lo que implicaba seguir a Jesús y lo que realmente significaba ser llamado discípulo de Cristo. Le pedí que me ayudara a mantener la firme decisión de seguirle fielmente y entender lo que realmente suponía negarme a mí mismo, tomar mi cruz y seguirlo (Mateo 16: 24 NTV).  

En los últimos años, nos han presentado la vida cristiana como algo tan ligero y fácil que pareciera que no debiéramos prestar atención a la instrucción de negarnos a nosotros mismos y seguir al Maestro. “Sé feliz a toda costa, lo importante en tu vida es la prosperidad económica, busca tu comodidad en una iglesia que no te exija tanto“, son algunas de las frases y mensajes que yo mismo he escuchado a lo largo de mi peregrinaje con Jesús; pareciera que no costara nada seguirlo y, consciente o inconscientemente, terminamos haciendo parte de algo que se asemeja más a un club social de buenas personas reunidas cada domingo (¡si es que no juega nuestro equipo favorito o el clima nos impide salir de casa!) En ocasiones, nos hemos convertido más en una iglesia trivial y pasajera, hasta transformarnos en cristianos cool que no dejan una huella en la eternidad. 

Tal vez, al leer esta reflexión te sientas incómodo y digas, “¿qué le pasó a Alex? Hoy como que amaneció de malas pulgas”. Jajaja, no. No es así. Solo sé que, en medio del contexto actual y la coyuntura de esta pandemia, nosotros, como cristianos, hemos salido huyendo a buscar escondites para darle más protagonismo a una posible vacuna o los esfuerzos humanos, que al poder absoluto de Dios; muchas veces no es fácil diferenciar entre el pueblo de Dios y los demás. 

¿Será que el llevar una vida cristiana tan apacible nos ha llevado a este panorama? Mira lo que dice Mateo 11:12, Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan (RVR 60). En otra versión dice: los violentos las conquistan por la fuerza. Claramente no vemos una referencia a una vida de tranquilidad absoluta. El reino de Dios necesita de hombres y mujeres valientes que nos levantemos en medio de la adversidad y de los tiempos que vivimos, como un pueblo aguerrido, dispuesto a pelear la buena batalla de la fe, tomando nuestra cruz día a día y llenándonos del poder del Espíritu Santo. Es necesario comprender que no vivimos en una tierra pacífica; por algo Dios nos equipa con su armadura, para que día a día sigamos avanzando en el angosto camino hacia el cielo. 

Que Dios nos ayude a vivir un cristianismo radical, completo y verdadero. Que hoy y cada día de nuestras vidas sea el tiempo de la cruz. 

Escucha aquí el álbum RENOVADO