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HOMBRE DE FE

Recuerdo cuando escribí esa canción, inspirada en la vida de mi buen amigo Keylor Navas, jugador de fútbol y actual portero del PSG; Dios le ha dado la oportunidad de jugar en los equipos más grandes del mundo, al lado de jugadores extraordinarios que seguro pasarán a la historia como los mejores. ¿Cómo pudo lograr esto un niño proveniente de un pueblo diminuto en un valle de Costa Rica, ubicado entre dos imponentes montañas: el Cerro Chirripó y el Cerro de la Muerte? Él, desde muy pequeño, decidió creer y poner su esperanza y su fe en Dios, quien es el dador y cumplidor de sueños. ¿Sabes?, Dios ha honrado su fe llevándolo a ser el futbolista más importante de la historia del fútbol costarricense, hasta el día de hoy.

La fe es la confianza, la certeza de que en verdad sucederá lo que esperamos (Hebreos 11:1, paráfrasis del autor); es lo que nos da el convencimiento y la seguridad de aquello que no podemos ver. Pero, ¿fe en quién o en qué? ¿En nuestra capacidad, conocimiento, fuerzas o recursos? Sé que todos estos aspectos son importantes y necesarios para avanzar, pero déjame decirte que te pueden faltar cada uno de ellos, e incluso muchos más, y aun así lograr cumplir los sueños de Dios para tu vida. Tu fe debe estar depositada en algo mucho más fuerte y poderoso que eso que depende de ti. Tu fe debe anclarse en el dador de la vida, en Jesús todopoderoso, nuestro salvador. Sin fe es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:16) y Él sonríe cuando uno de sus hijos decide creer al depositar toda la esperanza en su bondad y poder; a lo largo de la historia, el mundo se ha negado a creer y se ha refugiado en su propio conocimiento, relegando a Dios a un segundo y tercer plano; hoy debes decir sí a su amor y depositar toda tu fe en Jesús. No solo una confianza parcial y fragmentada; es momento de entregar todo lo que eres y dejarte sostener y llevar en los brazos del Maestro; si crees, verás hechos asombrosos en tu vida, incluso aquellos que ni siquiera has soñado. Él tiene grandes planes para ti y te llevará hacia donde sabe que es lo mejor. 

“Sueña en grande y conocerás un Dios grande”. Esta es la frase que hace mucho tiempo hice realidad en mi vida y déjame decirte que ¡¡Dios es inmensamente grande!! Convirtió a un niño tímido, acomplejado, sin recursos y sin futuro, en un hombre de fe, que ha logrado escalar a lugares a los que jamás había soñado llegar. Yo decidí creer en Él, ¿y tú?.