Un Amor IncomparableMuestra
Anclado
Cuando un barco está anclado en un muelle, atraca en su lugar cerca de la orilla, puedes subir a él sin problema alguno. Puedes permanecer en el barco y si llega una tormenta, arrecian los vientos y la marea sube, puedes dar un salto y estar de vuelta en tierra firme. Pero ahora imagina estar en medio del océano. Ese salto te llevaría directo al agua, lejos de tierra firme, sin lugar a donde huir.
La Palabra nos relata en Mateo 8 cómo Jesús subió a una barca con sus discípulos y se desató una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. En medio de todo esto Jesús iba durmiendo y sus discípulos, totalmente aterrorizados, fueron a despertarlo pidiéndole que hiciera algo al respecto. Jesús les reprochó su falta de fe y con una orden calmó los vientos y el mar y todo quedó en completa paz.
Esto nos lleva a reflexionar que la verdadera fe se prueba «mar adentro». Si la barca estuviera anclada a la orilla los discípulos solo hubieran saltado a tierra firme, pero al estar mar adentro y no tener esa seguridad, corrieron a Jesús. Dependieron completamente de él y con sus propios ojos vieron el milagro que los llevó a preguntarse: «¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?». En ese momento ellos aprendieron algo más sobre su Señor y su fe fue probada.
En la orilla, en la comodidad, nuestra fe puede ser una costumbre, una rutina, e incluso puede estancarse, entumirse y acomodarse. Pero mar adentro, ahí donde no tenemos el control, donde no vemos tierra firme para nuestros pies, es donde aprendemos a confiar, a creer, a depender de aquel que va en la barca con nosotros.
Ve cada temporada de prueba o dificultad como una oportunidad para depender y para profundizar más en el conocimiento de Cristo e incluso una oportunidad para presenciar un milagro en «primera fila».
En todo momento podemos tener nuestro corazón anclado a Jesús y aun cuando no haya tierra firme, nuestro corazón y nuestra fe sí podrán estar firmes. ¿Y quién es él? Él es el rey que calma los mares y con esa misma voz nos llama hacia él. Es Jesús, la luz de este mundo, el inagotable amor de Dios. No hay otro Nombre, nadie es más grande, él es camino, verdad y vida, no existe fuerza, ni oscuridad, tormenta ni tempestad que nos puedan apartar de su amor.
Para saber más sobre Ciudad en lo Alto y el álbum Perspectiva sobre el cual se basó este plan devocional, visita este enlace https://ciudadenloaltomusic.com/youversion
Acerca de este Plan
¡Nadie nos ha amado como el Padre! Él entregó a su único Hijo para hacernos parte de su familia y acercarnos íntimamente a él. De la mano de Ciudad en lo Alto, recorre las verdades de la Palabra que pueden llenar tu corazón de amor, paz y asombro por la gloriosa obra de Cristo.
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Nos gustaría agradecer a Chisco Chaves, de Ciudad en lo Alto, por el desarrollo de estos devocionales. Asimismo, a CanZion, una empresa de ministerio dedicada a servir a la iglesia, en convenio con El Centro Network. Si desea saber más, por favor visite: http://www.canzion.com y http://www.elcentronetwork.com