Decídete a Vivir- Viaje 2: Crece Muestra

Día Siete: Rendir Culto

“Canten al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas…” Salmos 98:1, NVI

ESCUCHA

Dios ama ser disfrutado. El Padre busca a los adoradores (Juan 4:23-24). Adoramos a Dios porque podemos acceder con confianza a él a través de Jesús y el Espíritu (Efesios 2:18). La adoración es nuestra total devoción a Dios por lo que él es, todo lo que ha hecho y todo lo que todavía hará. La adoración no es solo cantarle a Dios una vez a la semana con otros cristianos. Es aprender a amar y admirar a Dios cada vez que despertamos. La adoración es el latido del corazón de un cristiano. También es el camino hacia la paz y el poder real. En la adoración, disfrutamos del Dios que nos disfruta.

APRENDE

¿Por qué adorar a Dios?

Porque él es un rey santo (v1), justo (v2), amoroso y fiel (v3) (v6) y juez (v9). Él ha hecho cosas maravillosas (v1), como salvar a la gente, revelarse a sí mismo, crear el mar, los ríos, las montañas y todo.

¿Cómo debemos adorar a Dios?

Adora a Dios con tu mente al llenarla con pensamientos sobre él desde la Biblia. Adóralo con tu corazón gritando de alegría y estallando en una canción (v4). Adora a Dios con tu cuerpo aplaudiendo, bailando y haciendo música (v6-8). Por último, adora a Dios con tu voluntad dándole todo como tu rey, comenzando por ti mismo.

Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. (Sal 103:1, NVI)

La adoración es lo único que haremos por siempre. Dios quiere que aprendamos a adorarlo incluso cuando no tengamos ganas, porque nunca cambia. Si ponemos esto en práctica, pronto descubriremos que adorar a Dios trae una mayor satisfacción que cualquier cosa que este mundo ofrezca.

VIVE

· ¿Qué te mueve a adorar?

· ¿Qué desmotiva tu adoración?

· ¿Cómo puedes adorar a Dios más, tanto por tu cuenta como con los demás?