Decídete a Vivir- Viaje 2: Crece Muestra

Día Cuatro: Oración

“Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto.” Mateo 6:6, NVI

ESCUCHA

Se dice que los primeros sudaneses se convirtieron al cristianismo comprometidos a orar todos los días. Cada uno tenía un lugar separado en el monte donde derramarían su corazón a Dios.

Con el tiempo, los caminos hacia estos lugares se desgastaron mucho. Como resultado, si uno de estos creyentes comenzó a descuidar la oración, pronto se hizo evidente para los demás. Ellos amablemente le recordarían al negligente: Amigo, la hierba crece en tu camino.

APRENDE

¿Cómo debemos orar?

Corta las distracciones y concéntrate en Dios que está contigo. Él está ansioso por responder a tu oración (v6). Se real. No trates de impresionarlo con charlas religiosas de lujo (v7). Expresa gratitud, tristeza, curiosidad, amor, todo.

¿Por qué deberíamos orar?

Hay muchas cosas para orar:

· Enfócate en quién es Dios y cuéntale cuánto lo amas (v9).

· Piensa en lo que él quiere para ti y el mundo que te rodea; luego invítalo a hacer lo que quiera (v10).

· Pídele todo lo que necesitas, incluso cosas pequeñas (v11).

· Pide perdón por cualquier pecado que hayas cometido (v12).

· Entrega tu dolor y perdona a aquellos que te han hecho daño (v12).

· Pídele protección de la tentación y el enemigo (v13).

¿Cuándo debemos orar?

Ora continuamente (1 Tesalonicenses 5:17). Puedes hablarle a Dios sin parar. Insiste en los tiempos en los que parece que no está escuchando. Él siempre está escuchando.

También ten en cuenta que no necesitas, ni estás listo para todo lo que pidas. Se paciente. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a orar.

Mantente conectado.

VIVE

· ¿Cómo está tu vida de oración?

· ¿Cómo puedes hacer que tu vida de oración sea más interesante y real?