Decídete a Vivir- Viaje 2: Crece Muestra

Día 6: Obediencia

“¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos.” 1 Juan 2:3, NVI

ESCUCHA

Si un adolescente miente o le roba a su padre, no deja de ser el hijo de sus padres, pero la relación se daña. La forma de hacer las paces es confesar y dejar de hacer lo malo a partir de ese momento. De la misma manera, cuando pecamos después de convertirnos en hijos de Dios, no dejamos de ser sus hijos; pero el compañerismo con él se rompe hasta que admitamos nuestro pecado y sinceramente pidamos su ayuda para cambiar.

APRENDE

Dios es luz (1:5). Como odia el pecado, quiere que vivamos abierta y obedientemente delante de él. Esto hace posible la comunión con él y con otros cristianos (1:6-7). Si pecamos, debemos confesar y no ocultar nuestro pecado (1:9). Dios promete perdonarnos y purificarnos con la sangre de Jesús (1:9-2:2). A medida que crecemos en nuestra relación con él, nos volveremos más obedientes (2:3) y más como Jesús (2:6). No importa cuántas veces caigamos, si confesamos, él nos perdonará amorosamente.

Como un niño que aprende a caminar, debemos ir más allá de caer constantemente y aprender a caminar en obediencia a él. Dios es misericordioso, pero también está comprometido a hacernos más como su Hijo.

Una cosa más:

Es importante saber la diferencia entre la convicción del pecado del Espíritu Santo y la condena del diablo. Cuando pecas, el Espíritu Santo amorosamente resalta tu pecado y suavemente te atrae hacia Dios.

El diablo trata de hacerte sentir indigno de Dios, lo que hace que huyas de él avergonzado.

Rechaza estas mentiras y sentimientos de vergüenza. En su lugar, corre a la gracia de Dios.

VIVE

· ¿Cuáles son los pecados con los que luchas?

· ¿Tiendes a esconderte, o confesarlos?

· ¿Has notado incluso pequeños cambios en tu vida que muestran que te estás volviendo más como Jesús?