Un mejor caminoMuestra

Ritmos de gracia sin apuros

¿Está el ritmo de tu vida robándote la paz? Piensa en la semana pasada. ¿Cuántas veces estuviste apurado, corriendo de una cosa a la siguiente incapaz de estar presente con las personas a tu alrededor? ¿Cuántas veces dijiste: “Estoy bien, solo ajetreado” cuando la gente te preguntó cómo estás?

Nuestro ritmo apurado nunca producirá un corazón de paz, así que permanecemos en el ciclo de estar ajetreados, estresados y abrumados. Pero Jesús vino a ofrecernos un mejor camino. 

Ahora, seamos claros: El camino de Jesús no es fácil, pero no es ajetreado, sólo observa Su vida. 

El ministerio púbico de Jesús no comenzó hasta que Él tenia 30 años. Para nuestros estándares, tuvo un inicio lento. La primer cosa que hace, antes de realizar un milagro, es ser bautizado. Él recibe esta motivación de su padre:

 … “Este es mi Hijo amado; estoy muy complacido con Él”Mateo 3:17 NVI.

Y después de ese increíble momento, aúnno es tiempo para un milagro. La siguiente parada de Jesús fue permanecer 40 días en el desierto. 

Su misión era urgente, pero Su método era paciente. Luego, Jesús comenzó a realizar milagros y a enseñar a las multitudes. Aún así, se tomo tiempo para retirarse y descansar. Mira lo que dice Lucas 5: 

"Sin embargo, la fama de Jesús se extendía cada vez más, de modo que acudían a Él multitudes para oírlo y para que los sanara de sus enfermedades. Él, por su parte, solía retirarse a lugares solitarios para orar"Lucas 5:15-16 NVI.

Si Jesús, el hijo de Dios, sabía que necesitaba tiempo con Su Padre, ¿cuánto más nosotros? 

Nosotros, como Jesús, necesitamos crear el habito de darle lo mejor a Dios mientras confiamos y descansamos en Él. Jesús, en Mateo 11:28 NVI, nos invita a: 

“Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso” 

No fuimos diseñados para estar ajetreados y cargados por siempre. Hay una opción. 

Podemos seguir usando nuestras ocupaciones como fuente de importancia, llevando a una vida llena de estrés y esfuerzo, o podemos ver nuestro ajetreo como una invitación a aceptar el regalo de Dios de descansar trayendo nuestras preocupaciones Él. 

No tienes que probarle nada a tu Creador. No tienes que ganar Su aprobación o pelear por Su atención. 

Es tiempo de soltar tu apuro y abrazar una paz de gracia.

Ora: Dios, me doy cuenta que estoy operando a un paso insostenible. Me siento saturado y abrumado, pero quiero abrazar Tu manera de vivir mejor. Ayúdame a aceptar y recibir completamente Tu regalo de descanso y muéstrame cómo vivir libre de apuro, ajetreo y esfuerzo. Confió en Ti. En el nombre de Jesús, amen. 

Práctica: Comprométete a invertir 5 minutos al día para estar en silencio y en quietud, escuchando lo que Dios está diciéndote.