Cómo servir a DiosMuestra

Abrazar al mundo

Martín Lutero declaró que un nuevo cristiano debe retirarse del mundo por una temporada, pero al alcanzar la madurez espiritual debe abrazar al mundo como el escenario de la actividad redentora. Su mensaje fue: «Acabemos con los cobardes que huyen del mundo real y disfrazan su cobardía de piedad».

Quizás la mayor necesidad de nuestros días es la necesidad de mercadear a Jesucristo. La Iglesia debe volverse experta en mercadeo, no al estilo sofisticado de Madison Avenue, sino de una manera agresiva pero digna. Pertenecemos a las plazas. Es donde se encuentran las personas necesitadas. No es suficiente que la Iglesia cuelgue un letrero de bienvenida en su puerta. No esperemos a que el mundo venga a nosotros.

Dios nunca tuvo la intención de que la comunidad cristiana fuera un gueto. La Iglesia no es una reserva. Sin embargo, el estilo dominante del evangelicalismo moderno es el de una reserva o un gueto. Podemos argumentar diciendo que es la agenda secularista la que quiere ponernos allí y mantenernos allí. Pero tales argumentos no servirán. Estamos allí porque es seguro y cómodo.

El secularista odia la luz y está más que dispuesto a ofrecernos un almud para taparla. Debería darnos vergüenza cuando compramos almudes hechos a la medida y los colocamos sobre nuestras velas. Esconder la luz o restringirla es violentar el evangelio y afligir al Espíritu Santo.

Coram Deo: vivir delante del rostro de Dios

¿Estás escondiendo tu luz debajo de un almud? Reflexiona en la declaración final de la lectura de hoy: «Esconder la luz o restringirla es violentar el evangelio y afligir al Espíritu Santo».