Aprendiendo a superar la ansiedadMuestra
La oración es el mejor antídoto para lidiar con las preocupaciones y la ansiedad
La oración representa una oportunidad extraordinaria para la centración, la experimentación de la paz, la catarsis y la reflexión.
La oración nos concede un tiempo y un lugar en el que podemos llevar delante de Dios nuestras necesidades, dudas, flaquezas, quejas, perplejidades, dolores y tristezas. De ahí el valor terapéutico de la oración.
La oración es la herramienta dada por Dios para lidiar con las preocupaciones de la vida diaria
La palabra de Dios nos exhorta a no afanarnos, sino, por el contrario, nos invita a diluir y contrarrestar el afán a través de la oración para convertirlo en paz: “Por nada estéis afanosos, si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias”.
La oración permite trasladar el peso y la carga en el alma del creyente al corazón y las manos de Dios. En ese sentido, podemos decir que la oración es terapéutica; una poderosa fuente de paz y gozo. La oración trae gozo y paz al corazón del creyente cristiano, porque conecta a este con la fuente del gozo y la paz: Dios. La oración y la paz están íntimamente vinculadas.
De allí la exhortación de Filipenses de llevar nuestras preocupaciones a Dios en oración. Esto incluye adoración, petición y acción de gracias. Y la consecuencia de este proceso es la paz de Dios (Filipenses 4:7) que protege nuestro corazón.
La palabra griega que aquí se traduce “protegerá” o “cuidará” está relacionada con un término militar que describe lo que hacían los soldados para proteger una ciudad amurallada. Eso mismo es lo que hace la paz de Dios: nos protege la mente y el corazón, es decir, lo que pensamos y lo que sentimos. Evita que los problemas y las preocupaciones nos superen.
Escrituras
Acerca de este Plan
La palabra ansiedad del griego merimna, de meiro (dividir) y noos (mente), indica distracciones, cargas y preocupaciones. Significa estar ansioso anticipadamente acerca de la vida diaria. Esta palabra describe a una persona que tiene la mente dividida. Significa ser atraído o estirado en diferentes direcciones. En ocasiones podemos experimentar ansiedad generalizada, y vivir con angustia e intranquilidad. Pero en Dios tenemos la solución a la ansiedad.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://vidaefectiva.com/