Estamos Mas Que Seguros en Las Manos De DiosMuestra

La cadena de oro de tu salvación

Pues Dios conoció a los suyos de antemano y los eligió para que llegaran a ser como su Hijo, a fin de que su Hijo fuera el hijo mayor entre muchos hermanos. Después de haberlos elegido, Dios los llamó para que se acercaran a él; y una vez que los llamó, los puso en la relación correcta con él; y luego de ponerlos en la relación correcta con él, les dio su gloria.

Esta es la cadena de oro de la salvación, hecha de cinco eslabones irrompibles. Todos los conocidos son predestinados, todos los predestinados son llamados, todos los llamados son justificados y todos los justificados son glorificados.

Nadie se sale de la cadena, porque Dios nos mantiene seguros. La salvación no es la obra del hombre para Dios, sino la obra de Dios para el hombre. Es todo parte de la gracia. Si Dios te eligió, puede guardarte y protegerte. Estás a salvo y seguro. Eres amado y elegido.

El primer eslabón: «conoció de antemano», no significa que Dios mire hacia adelante y vea lo que haremos. Más bien significa que nos ama y nos conoce de antemano. Un erudito escribe: «'Conocer'... se usa en un sentido prácticamente como sinónimo de 'amar'... 'A quien conoció de antemano' es, por lo tanto, virtualmente equivalente a 'a quien amó de antemano'». Esto encaja con la gran afirmación de Moisés: «El Señor no te dio su amor ni te eligió porque eras una nación más numerosa que las otras naciones, ¡pues tú eras la más pequeña de todas!» (Deuteronomio 7:7).

Dios es soberano en la salvación, así que todo el crédito es para Dios y ningún crédito es para mí. «¿Qué tienen que Dios no les haya dado?» (1 Corintios 4:7). Sí, hay preguntas sobre estos asuntos. Sí, la Biblia enseña la responsabilidad humana. Sí, no podemos conciliar plenamente la soberanía de Dios y el libre albedrío humano. Pero la Biblia enseña ambas cosas y por eso nos aferramos con gusto a ambas.

JJ.I. Packer señala que todos los cristianos creen en la soberanía de Dios en la salvación, aunque la nieguen:

Dos hechos lo demuestran. En primer lugar, tú da gracias a Dios por tu conversión. ¿Por qué lo haces? Porque sabes en tu corazón que Dios fue enteramente responsable de ella. No te salvaste a ti mismo; él te salvó...

Hay una segunda forma en la que reconoces que Dios es soberano en la salvación. Se ora por la conversión de los demás... Se pide a Dios que obre en ellos todo lo necesario para su salvación. Así que nuestras acciones de gracias y nuestras intercesiones demuestran que creemos en la soberanía divina. De pie podemos tener discusiones al respecto, pero de rodillas estamos todos de acuerdo.