En las temporadas o momentos difíciles espera la luz 

Salmo 112:4 indica que la luz brilla en la oscuridad para los justos. 

A Dios le encanta sorprender a sus hijos, y cuando menos lo esperamos o incluso, de quien menos lo esperamos, proviene la bendición anhelada. Aún no percibimos enteramente la luz, pero poco a poco comenzaremos a ver destellos de ella; nada había cambiado y de pronto recibimos lo que necesitábamos como  salud , pero ante todo es importante recordar que la luz del Señor alumbra diariamente nuestra vida con sus palabras, como lo indica Salmos 119: 105 al decir “tu palabra es lámpara a mis pies”.

En los momentos difíciles mantenernos moldeables y abiertos a la disposición de Dios es la clave para que él cambie nuestro corazón de una manera más rápida y fácil. Mateo 9:17 dice “nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, los odres se rompen y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero echan el vino nuevo en odre nuevos, y lo uno y lo otro se conserva juntamente”. Es en estos momentos de la vida en que somos vulnerables a escuchar qué es lo que estamos haciendo mal, pues nos volvemos receptivos. Ahí es en donde Dios está trabajando, en los momentos de oscuridad Dios forja carácter.  El verdadero problema se presenta cuando pasamos las temporadas difíciles con una actitud negativa y con actitud de víctima; por lo que el hijo o la hija de Dios debe entender es lo que señala Romanos 8: 28, que dice “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito. Dios nos está haciendo crecer.

Oración:

Espíritu Santo, te rogamos que pongas en nosotros entendimiento de tu palabra, que es luz para nuestro camino. Pon en nosotros pasión por permanecer a la luz de tus mandamientos y direcciones en tiempos de bonanza y escasez; líbranos de engrandecer nuestra propia luz y nuestro criterio por encima del tuyo. Trabaja con nuestras inseguridades y dudas, a fin de que nuestro corazón se perfeccione para llegar a la estatura del varón perfecto. Amén.