[Grandes Versos] Gente Que Cree en Un Gran CristoMuestra

Ocho rasgos de un hijo de Dios

Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Si estamos en Cristo, somos nuevas criaturas y debemos vivir como tales. No podemos vivir como alguna vez vivimos, porque no somos las personas que una vez fuimos. En Colosenses 3, Dios nos da ocho rasgos que caracterizan esta nueva vida, pero primero él nos recuerda nuestra nueva identidad. Somos los elegidos por Dios, adoptados por el Padre. Que Dios nos haya elegido nos recuerda que Dios nos ama y que somos especiales para Dios. Además, somos santos. Somos santos. No tenemos culpa ante Dios porque estamos en Cristo. Somos amados por Dios. Somos los objetos del tierno afecto del Padre. 

Con esta garantía de nuestra nueva identidad, estamos dispuestos a adoptar estos ocho rasgos, a vivir firme y decisivamente de esta manera:

Primero, vive con un corazón compasivo. Preocúpate por la gente, por el sufrimiento, por las heridas. Ve a la gente como Dios la ve.

En segundo lugar, vístete de amabilidad: amabilidad en tu voz, tu sonrisa, tus ojos, tu tacto y tus acciones.

Tercero, asume actitud de humildad. Humíllate a ti mismo. Concéntrate en Cristo y en los demás, no en ti mismo. Sé humilde y exalta a Jesús.

Cuarto, vive con mansedumbre. Sé amable, no seas intransigente o exigente. Sé tierno con la gente.

Quinto, vístete de paciencia. Elige ser una persona que sea fácil con quien vivir, no irritable, difícil, empecinado o reactivo.

Sexto, perdónense unos a otros. Ten paciencia con la gente. No te molestes por todo. Elige dejar pasar algunas cosas.

Séptimo, perdónense unos a otros. Elige perdonar a la persona que te ha hecho agravio. Toma la decisión porque Dios te perdonó a ti. Déjalo libre.

Octavo, vístete de amor. Los siete rasgos anteriores tienen que ver con el amor. El amor es fundamental. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto (Colosenses 3:14).

Puedes vivir de esta manera, caracterizado por estos ocho rasgos. Puedes y debes vivir así. No hay excusa. Depende del poder de Cristo para obedecer al Señor y vivir estos ocho rasgos.