La Biblia: El libro de DiosMuestra

Renacidos por la simiente incorruptible que es la palabra viva y eterna

Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 1 Pedro 1:23

El poder de la palabra de Dios se manifiesta sobre todas las cosas. Ese poder que caracteriza la palabra de Dios es el que ha producido nuestra nueva vida en nosotros. Es la palabra de Dios la que vivifica nuestra vida mediante la acción del Espíritu Santo. 

Santiago 1:18 dice: Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas. La palabra de Dios tiene el poder de traer vida al hombre. Eso es así porque la palabra de Dios es espíritu y vida. El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida. Juan 6:63

La palabra de Dios es la semilla incorruptible en nuestras vidas. Eso significa que la semilla de la palabra de Dios es indestructible y eterna. No se desvanecerá, debilitará ni se volverá obsoleta, sino que dará fruto en nosotros si la regamos.

El peligro es cuando no damos lugar y desechamos la palabra de Dios en nosotros y dejamos que la duda, el error y la falta de fe domine nuestras vidas. Jesús dijo a algunos de los líderes religiosos judíos de su época: “Sé que sois descendientes de Abraham; pero procuráis matarme, porque mi palabra no halla cabida en vosotros” (Juan 8:37). Ellos no valoraron lo que Jesús tenía que decirles. No tenían oídos para escuchar la palabra, y como resultado no había fruto de la palabra eterna de Dios en sus vidas. Pero cuando la recibimos como la palabra de Dios, ella actúa con el poder para vivificar nuestras vidas. Al respecto dice 1 Tesalonicenses 2:13: Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes.

Para renacer, usted necesita considerar los siguientes pasos:

• Que la semilla de la Palabra sea plantada en su corazón. Una semilla incorruptible, imperecedera, santa.

• Que la semilla plantada, permanezca para siempre. Cuando su palabra se ha sembrado en el corazón del creyente, aunque vengan ataques, luchas u oposiciones, al aferrarse a ella se perseverará en la fe.

• Aunque todo alrededor perezca, crea que ella es indestructible. Todo lo que sus ojos contemplan tiene un fin, pero esta palabra es indestructible, permanece para siempre. Por eso es tan importante que sea sembrada en su corazón y que usted sea buena tierra al recibirla.