La Biblia: El libro de DiosMuestra

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia. 2 Timoteo 3:16

La Biblia no es sólo un libro de religión. Es la palabra de Dios que nos conecta con Él. Tampoco es un libro de historia, aunque recoge referencias históricas valiosas. No es un libro de moralidad, aunque contiene las referencias éticas-morales más altas establecidas. Tampoco es un libro de filosofía, ni un manual de sabiduría, pero es la más alta expresión de sabiduría a que pueda aspirar el hombre. 

La Biblia es la palabra de Dios, inspirada por Él mismo. Representa el estándar de fe y conducta infalible e inerrable que Dios ha establecido para el hombre; indispensable para enseñar, redargüir, corregir, santificar, revivir y guiar al hombre a Dios. 

Es el alimento espiritual que Dios ha provisto para alimentar la vida espiritual del hombre. Es la revelación escrita, suficiente y autorizada de la voluntad de Dios para el hombre. Representa, también, la verdad pura e inmutable de Dios sobre todo asunto humano; el estándar moral y espiritual de Dios revestido de su misma autoridad. 

En lo relacionado al mensaje de Dios al hombre representa la apelación única, la más alta, concluyente y definitiva. En ese sentido, es inalterable e insustituible; no se puede cambiar ni acomodar a conveniencia, pues representa la autoridad final y definitiva. Sólo se puede aceptar en su autoridad y fidelidad o rechazar.

La Biblia es expresión de Dios mismo, por eso leemos en las Escrituras: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Dios se ha insuflado en su palabra; ella no actúa sola, sino que va acompañada de la presencia de Dios. Eso es lo que la hace tan eficaz, explosiva y sobrenatural.