Dios en El Tiempo De Los ReyesMuestra
La majestad de Dios nos lleva a adorarle
David había llegado al final de su reinado de cuarenta años. De hecho, estaba al final de su vida. Reunió al pueblo en una última convocatoria. Les comunicó que había donado generosamente su fortuna personal para el Templo de Dios, un templo que su hijo
Salomón construiría. Entonces el pueblo dio generosamente y con alegría. Todo el mundo estaba emocionado y se regocijaba. En este momento de gran fervor emocional, David levantó su voz en oración. Alabó a Dios por su indescriptible grandeza, poder, gloria, majestad y esplendor.
Al leer esta oración, se tiene la impresión de que David estaba abrumado por la grandeza de Dios, que su corazón rebosaba de amor y gratitud, que carecía de palabras para expresar adecuadamente su alabanza a Dios. Sí, David era sin dudas un adorador. David exudaba esta visión exaltada de Dios. David tenía ese corazón ardiente que se perdía en el amor, la maravilla y la alabanza a su Dios. Y aquí, en este momento solemne, no pudo contener su corazón. No pudo no adorar. Estalló en una alabanza sincera. Escucha su corazón:
«Bendito seas, Señor, Dios de Israel, nuestro Padre, por los siglos de los siglos. Tuya es, Señor, la grandeza, el poder, la gloria, la victoria y la majestad, porque todo lo que hay en los cielos y en la tierra es tuyo. Tuyo es el reino, Señor, y tú eres exaltado como cabeza de todo. De ti proceden las riquezas y el honor, y tú lo dominas todo. En tu mano están el poder y la fuerza, y en tu mano está engrandecer y dar fuerza a todos. Y ahora te damos gracias, Dios nuestro, y alabamos tu glorioso nombre».
Esto es lo que hacen los adoradores. Han visto la gloria de Dios. Han gustado de la bondad de Dios. Han sentido el amor de Dios y lo adoran. Con todo su corazón, adoran. Dios busca esta clase de adoradores: adoradores que no pueden dejar de adorar, personas con corazones ardientes.
Escrituras
Acerca de este Plan
La historia de los reyes de Israel nos presenta una época llena de mucha revelación acerca de Dios. En medio de todas las circunstancias que vivió el pueblo y los gobernantes, Dios se manifestó y se dio a conocer. En este plan aprenderemos de algunas de estas historias y adoraremos al Dios de David con todo nuestro ser.
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Nos gustaría agradecer a Jeff Wells por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jeffhwells.com/