Su Espíritu en NosotrosMuestra

El Espíritu Santo

Jesús es nuestro Señor y Salvador. Al recordar el sacrificio que él hizo por nosotros en la cruz es la evidencia de su gran amor por ti, ofreció su vida nada más que por amor, se despojó de toda su divinidad para ser uno de nosotros: humano. Vino con una tarea muy especial, para buscar y salvar todo lo que se había perdido. Antes nos encontrábamos perdidos y sin esperanza, pero por medio del sacrificio de Jesús hemos sido perdonados y redimidos, con Cristo Jesús hemos recibido todas las cosas. Es maravilloso saber que por medio de Jesús, pasamos de no tener nada a poseerlo todo. 


Cristo Jesús antes de regresar al Padre, les anunició a sus discípulos que no estaría mucho tiempo físicamente pero que era necesario que él regresara al Padre a preparar lugar para nosotros, y anunciaba que no estaríamos solos en ningún momento, sino que recibiríamos al Espíritu Santo quien está con nosotros todos los días.

Quizá nos hemos preguntado si tenemos o no al Espíritu Santo, pero quiero decirte algo: ¡Claro que sí! En el momento que recibimos a Cristo Jesús en nuestro corazón, hemos recibido también al Espíritu Santo. 


Un regalo tan hermoso que no tuvimos que pedirlo sino que se nos fue entregado, él es el Espíritu Santo, es nuestro consolador, nuestro consejero, nuestro fiel ayudador, quien nos guía hacia toda la verdad y que nos recuerda constantemente la Palabra de Dios. El Espíritu Santo vive en nosotros pero tenemos que dejarnos guiar por él en todo lo que nosotros hacemos, así lo dijo Jesús: el Espíritu Santo les enseñará todas las cosas. En las cosas más sencillas, él está ahí. En las cosas más complicadas que podamos enfrentar él está ahí. Es tiempo que opaquemos el ruido de nuestro alrededor para poder escuchar la voz del Espíritu Santo, no intentes hacer todas las cosas en tus propias fuerzas, porque ciertamente no lo sabemos todo y es por ello que el Espíritu Santo está aquí para enseñarnos todo lo que no sabemos, nos capacita, nos instruye, nos guía en nuestro caminar.


Oración: Dios, te agradezco por enviar a tu Hijo Jesús a morir por mi, sé que ahora en él, tengo vida eterna. Te agradezco porque sé que nunca he estado solo, no estoy solo, ni jamás lo estaré porque me has dejado a tu Espíritu Santo para que esté conmigo para siempre. Espíritu Santo, te agradezco por vivir en mí, me arrepiento si alguna vez he pensado si en realidad te tengo, hoy acepto la verdad que tú vives en mí, y quiero darte la libertad para que te muevas en mí y me guíes en todas las cosas. En el nombre de Jesús. Amén.