Edifica Una Vida Intencional: Comienza AhoraMuestra

Son demasiadas las personas que viven sin intención. Esta vida no intencional es una vida ruidosa, preocupada por llamar la atención. Es una vida agitada, sin tiempo para la reflexión, la cual termina girando en torno a las apariencias y al placer. En definitiva, se trata del yo.

Tú puedes elegir. ¿Vas a  permitirte llegar a ser un esclavo de los aspectos involuntarios de tu vida? ¿O dejarás que alguien externo, que ve las realidades de tu vida, te libere de la falta de intención y te dé un propósito?

Existen propósitos dignos e indignos, objetivos válidos e inválidos, metas grandes y pequeñas. Pero la presencia de un propósito es lo que hace que tu vida tenga sentido, más que una vida puramente animal. Ese es el principio de la intencionalidad. Debes elegir entre divagar por la vida o vivir con propósito de forma apasionada.

Pregúntate: "¿Por qué existo?". De una forma u otra, todo el mundo se hace esa pregunta. Y todos la responden, aunque no se den cuenta.

Algunos sostienen que todo carece de propósito y es al azar. Ahora bien, si la vida no tiene un propósito, las implicaciones son graves. En primer lugar, si la vida no tiene un propósito, carece de todo valor. En segundo lugar, si la vida no está sustentada por un propósito correcto, no habrá una realidad moral. En tercer lugar, si la vida no tiene un propósito, no será satisfactoria. Una vida sin propósito conduce finalmente a la muerte.

En lugar de vivir en esta sombría realidad, decídete a ir tras un propósito -y tras Aquel que da el propósito- y encontrarás en cambio la vida abundante. 

¿Conoces a Aquel que da propósito?