Dios Es Tu Defensor: 5 Días De Plan DevocionalMuestra
La trampa de la evasión
«No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas, porque da vergüenza aun mencionar lo que los desobedientes hacen en secreto. Pero todo lo que la luz pone al descubierto se hace visible» (Efesios 5:11-13 NVI).
Cuando evitamos ciertos asuntos en nuestro camino de justicia, cuando postergamos el enfrentamiento de la raíz de un daño, nos arriesgamos a una herida aún mayor en el camino. Esa es la trampa de la evasión. Podemos pensar que estamos demasiado ocupados para ocuparnos de algo. Que no tenemos tiempo. Está bien, está bien. Pero la postergación es evasión, y cuanto más tiempo posponemos el tratamiento de las heridas y los males en nuestras vidas, más profunda puede ser la infección y la decadencia de nuestro sentido de paz.
Aquí es donde nuestro viaje toma un giro interesante mientras seguimos aprendiendo a apoyarnos en Dios como nuestro defensor. Muchos de nosotros necesitamos ayuda para no tratar de tomar los asuntos en nuestras propias manos. Pero algunos de nosotros también tenemos la tendencia a dejar pasar las cosas durante demasiado tiempo. Nos quedamos callados cuando deberíamos hablar. Nos olvidamos de llamar la atención sobre lo que ha cruzado injustamente un límite. Puede parecer muy sutil, la diferencia entre mantener la boca cerrada sabiamente sobre algunas cosas y exponer apropiadamente otras. Aceptémoslo: puede parecer más cómodo simplemente no decir nada que sacar los trapos al sol. Cuando queremos andar bien con Dios, casi puede parecer más justo o lleno de gracia no hablar. Pero también se nos dice que tenemos la responsabilidad de no permitir que los comportamientos pecaminosos continúen (leer Efesios 5:11-13).
Hay momentos en los que es esencial denunciar los abusos, los actos ilegales y la explotación de los indefensos. Hablar no sustituye a Dios como nuestro defensor, sino que nos permite librar la batalla junto a él, dejando que sea Dios quien determine lo que ocurre a continuación. No estamos hablando de sentimientos heridos o diferencias de opinión, sino de comportamientos y decisiones que podrían dañar, defraudar o poner en peligro a otros. Si postergamos de hacer lo que es difícil pero correcto, seríamos responsables de permitir que otro ser humano sea potencialmente herido. El amor, el verdadero amor, expone este tipo de errores para que no vuelvan a ocurrir.
Hay momentos que lo mejor es presionar el botón de silencio. Eso significa apartarse de la situación, elegir no hacer comentarios y darse un poco de espacio. Pero a veces es necesario un protocolo más dramático. Si alguien ha cruzado la línea, es un peligro para los demás, está dañando la unidad de una comunidad de fe, o está calumniando o extorsionando a otros, es el momento de dejar de seguir a esa persona. Puede que te parezca duro, pero eso es lo que Jesús nos llama a hacer cuando el comportamiento de un creyente se ha pasado de la raya (leer Mateo 18:15-17). No pretendo que sea fácil encontrar el valor para hablar y encender las luces en la oscuridad. Es difícil. Se necesita mucha sabiduría (leer Santiago 1:5).
Mira, prefiero errar en el lado de la gracia que etiquetar a alguien de una manera que en última instancia significa que estoy juzgando a esa persona. Pero para los seguidores de Cristo, hacer de la rectitud nuestra meta y animar a otros a la rectitud no es juzgar. Es ser juicioso. Significa que has usado la sabiduría y el buen juicio en una situación. Asegúrate de que cuando te enfrentes a una situación en la que puedas hablar o permanecer en silencio, pienses en las opciones: ¿Hablar sería juzgar? ¿O sería juicioso? Un corazón juicioso, fortalecido por el Espíritu Santo, puede tomar la decisión correcta. El Espíritu Santo anhela consolarnos y aconsejarnos e infundirnos valor para afrontar el mal de frente.
Responde
- ¿Cómo te ha afectado el hecho de evitar enfrentarte a un problema en tu propia vida? ¿Por qué a veces resulta más fácil evitar los problemas?
- ¿Cuáles son las situaciones en las que pueden ser necesarias hablar y denunciar un error?
- ¿Quién puede guiarte para protegerte a ti mismo y a los demás de una circunstancia, comportamiento o persona malvada?
Escrituras
Acerca de este Plan
Este plan de lectura incluye cinco devociones diarias basadas en el libro de Rosie Rivera Dios es tu defensor: Aprende a levantarte cuando la vida te ha noqueado. Este estudio explorará cómo puedes apoyarte en Dios como tu defensor en medio de las heridas de la vida y cuando luchas con los deseos de justicia y venganza.
More
Nos gustaría agradecer a HarperCollins/Zondervan/Thomas Nelson por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://bit.ly/31QkiSQ