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Aplasta El Racismo

DÍA 4 DE 5

El mandato de amar aplasta el racismo

La sabiduría y la autoridad de Jesús a menudo hacían que la gente le planteara preguntas difíciles: el tipo de preguntas que uno se guarda para sí mismo, con la esperanza de encontrar algún día a alguien que pueda responderlas. A veces, los que le hacían preguntas no tenían buenas intenciones.

En una ocasión, Jesús estaba rodeado por dos grupos de religiosos: Fariseos y Saduceos. Uno de los fariseos, un abogado, después de ver que Jesús había hecho callar a los saduceos con su respuesta, le hizo una pregunta para ponerlo a prueba: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley? Jesús le dijo: ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la Ley y los Profetas» (Mateo 22:36-40 RVR).

Considera la respuesta de Jesús y piensa en cómo estos dos mandamientos van de la mano. Si amas a Dios, si dices que lo haces y no amas a la gente (a toda la gente) entonces, no estás amando a Dios porque estos mandamientos van juntos, son inseparables. Tú puedes conocer y citar las Escrituras de principio a fin, puedes dar miles de dólares a las misiones y puedes ir a la iglesia más de una vez por semana. Todo eso está bien, pero lo que te hace cristiano y te distingue del resto de personas bien intencionadas es el amor por los demás.

Amar a quienes son similares a nosotros es fácil. No hay diferencias significativas que puedan causar fricciones en nuestra relación. En cambio, amar a los que son notablemente diferentes a nosotros no es fácil. Seguramente necesitamos la ayuda de Dios. Una vez más, el apóstol Pablo nos exhorta a tener otra mentalidad, la que demostró Jesús, «el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando la forma de siervo, naciendo a semejanza de los hombres. Y hallándose en forma humana, se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses 2:8). ¿Estamos dispuestos a amar de la misma manera que Jesús nos amó?

Oración

Jesús, enséñame a amar de la misma manera en que Tú me amaste. Que tu amor en mí traiga sanidad y restauración a los que sufren las consecuencias del racismo. ¡Sólo tu amor aplasta el racismo!


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Acerca de este Plan

Aplasta El Racismo

El mundo no tiene una solución definitiva al racismo, ¡nosotros sí! El evangelio es la única base y fundamento real para acabar con el racismo. Fuera de Cristo, seguimos en nuestro pecado, lo que nos hace levantar barreras. En Cristo, éstas desaparecen y nos reconciliamos los unos con los otros. Descubre cuatro argumentos bíblicos que derriban por completo el racismo en el evangelio de Jesucristo. ¡La diversidad es nuestro destino!

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Nos gustaría agradecer a Jeff Wells por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.jeffhwells.com/