Venga tu ReinoEjemplo

ORACIÓN:

Dios, me has creado con un propósito. Ayúdame a vivir con eso en mente. Abre mis ojos a las formas en que puedo amar a otros y dirigirlos hacia ti.

LECTURA: 

Dios nos ha creado a propósito: para un propósito. Aunque no lo creas, Él ya ha preparado formas en las que puedes demostrar y compartir el amor de Dios con otros. (Y por si te lo preguntes, ¡Él sabe dónde trabajas!)

Muchos seguidores de Jesús viven vidas muy divididas, especialmente cuando se trata del trabajo y de la fe. Pero, ¿y si tu trabajo es una de las formas principales en que Dios quiere hacer crecer tu fe? 

¿Sabías que una persona promedio pasará unas 90.000 horas, aproximadamente un tercio de su vida adulta, en el trabajo? Si nuestra fe no habla en nuestra vida del trabajo, entonces no tiene nada que decir sobre lo que hacemos con una gran parte de nuestro tiempo. Dios se preocupa mucho por nuestro trabajo y por cómo nosotros, como seguidores de Jesús, lo abordamos. 

Las iglesias no siempre han hecho una gran labor ayudando a la gente a descubrir un mayor significado y propósito del trabajo. De hecho, algunos sermones te dejan con la impresión de que la única manera de servir a Dios es dejar tu trabajo y trabajar en una iglesia. Pero esto no es así.  

El reformador, Martín Lutero, escribió: "El zapatero cristiano cumple con su deber no poniendo cruces pequeñas en los zapatos, sino haciendo buenos zapatos, porque a Dios le interesa la buena artesanía."

Dorothy Sayers, activista y escritora, dijo algo similar: "El planteamiento de la iglesia a un carpintero inteligente suele limitarse a exhortarle a no emborracharse ni alborotarse en sus horas de ocio y a acudir a la iglesia los domingos. Lo que la iglesia debería decirle es esto: que la primera exigencia que su religión le impone es que haga buenas mesas".

La verdad es que casi todo tipo de trabajo contribuye de alguna manera al bien general de los demás. Como tal, nuestro trabajo es una de las formas en que Dios extiende Su amor y Su cuidado a la creación. Para servirlo a Él con tu trabajo, no tienes que dejarlo e ir a trabajar a una iglesia; puedes servir a Dios ahí mismo con un simple cambio de perspectiva. Tal vez necesites verlo a través de la lente del impacto positivo que tiene en los otros. Tal vez necesites renovar tu compromiso de hacer un trabajo de calidad con integridad. O tal vez simplemente necesitas darte cuenta de que Dios te ha puesto ahí por una razón y ha "preparado buenas obras" para que las hagas justo donde pasas 40 horas cada semana.

REFLEXIÓN:

Hazte estas preguntas mientras reflexionas sobre cómo se cruzan tu vida y tu trabajo:

• ¿De qué manera sirve a otros tu trabajo?

• ¿Cómo te centrarías más en servir a otros a través de tu trabajo?

• ¿Cómo puedes influir en la cultura de tu lugar de trabajo de una manera más positiva?

Dedícale tiempo a escribir tus respuestas. Parecen preguntas fáciles, pero no te apresures a responderlas. Invita a Dios a la conversación mientras oras al escribir tus pensamientos. Pídele al Espíritu Santo que te haga más consciente de Su presencia y de Su guía durante tus horas de trabajo. Considera la posibilidad de convertir en una práctica diaria el preguntarle a Dios: "¿A quién quieres que le muestre Tu amor hoy?" Luego prepárate para responder a Su guía.