La Búsqueda Mas GrandeMuestra
La mirada del amor
Luciano de Samósata, un crítico del cristianismo, dijo esto acerca de los cristianos: «La sinceridad con la que las personas de esta religión se ayudan unas a otras en sus necesidades es increíble. No se limitan con nada para lograrlo. ¡Su primer legislador les metió en la cabeza que todos eran hermanos!».
Hay tres cosas que debemos hacer como cristianos: amar a Dios, habitar en Cristo y amar a nuestro prójimo cercano, los creyentes, y a nuestro prójimo lejano, los no creyentes. Sin embargo, a menos que amemos a Dios primero y habitemos en la vid que es Cristo, no tendremos amor sobrenatural para ofrecerle a nuestro prójimo. El tipo de amor que debemos dar, amor «Ágape» en griego, es un amor que es generado por Dios, para glorificar a Dios y que tiene el sello de Dios. Está tan centrado en los demás, que solo puede provenir de Dios.
No somos llamados a crear este tipo de amor, somos llamados a ser llenos por él, a desbordar y que se vuelque en las vidas de las demás personas. Estamos llamados a entregar este amor tan profunda y ampliamente, que solo puede provenir de los depósitos del cielo, a través del Espíritu Santo. Pero antes de entregar este tipo de amor, debemos ser llenos de él nosotros mismos. No podemos dar de lo que no tenemos. Necesitamos ser llenos hasta desbordar. Por eso es tan importante habitar en Cristo y ser llenos de su maravilloso amor sellado por Dios.
El tipo de amor que Jesús quiere entregar a través de nosotros, este amor que lleva el sello de Dios, está basado en sus días en la tierra. Es un molde de cómo él nos amó. Su amor fue incansablemente sacrificado. Murió por nosotros. Nada prueba más nuestro amor por alguien que estemos dispuestos a sacrificarnos por ellos. El amor de Jesús fue profundamente respetuoso. Nadie tenía más derecho que él de hablar desde un pedestal de superioridad, sin embargo, nadie trató a los demás con mayor dignidad y respeto que aquel que estuvo en el pedestal de una cruz. Su amor nos buscó con un propósito, él dio el primer paso. Nosotros lo amamos porque él nos amó primero. Cristo nos llama al propósito épico de dar un fruto que permanezca por la eternidad. Esta es nuestra gran oportunidad, nuestra gran comisión: hacer discípulos.
Acerca de este Plan
Tal vez Juan 15 sea el capítulo más importante de la Biblia acerca de la vida espiritual. En este plan descubriremos que la vida se trata mayormente de la búsqueda de tres relaciones importantes: con Cristo, con los cristianos y con los no cristianos. También exploraremos cual es nuestra responsabilidad principal hacia cada una de estas relaciones y cómo llevar adelante, apasionadamente y con propósito, cada una de ellas.
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Nos gustaría agradecer a Grace School of Theology por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://gsot.edu/center