[Grandes Versos] Siete Consejos De Un ApóstolMuestra

Pasa la batuta del ministerio

Pablo sabía que estaba cerca de la muerte. En cualquier momento, el emperador romano Nerón podría ejecutarlo. Pablo estaba pasando la batuta del ministerio a su protegido, Timoteo. Timoteo debía tomar esa batuta y pasarla a los hombres fieles, que a su vez debían pasarla a los demás. Eso incluye cuatro corredores en el relevo del discipulado: Pablo, a Timoteo, a los hombres fieles, a los demás.

Hoy estamos en este legado: el legado del discipulado. Ahora nos toca a nosotros. Nosotros también debemos discipular a otros, que a su vez discipularán a los demás. Este es el camino de Dios: discipulado de la vida en vida.

Si viajaras a Montreal, Canadá, y visitaras la casa del equipo de hockey Canadiens de Montreal, irías a un lugar con un rico legado. Podrías visitar una de las dinastías deportivas legendarias de nuestro tiempo. Lo que los Yanquis de Nueva York alguna vez fueron en el béisbol y lo que los Celtics de Boston una vez fueron en el baloncesto, los Canadiens de Montreal una vez lo fueron en el hockey. Durante un período de cuarenta años, de 1953 a 1993, los Canadiens dominaron la liga, ganando veinticuatro campeonatos de la Copa Stanley. Si visitaras su estadio en Montreal, entiendo que verías enormes pancartas colgando del techo, celebrando el campeonato del mundo. Después de ver estas pancartas, si tuvieras la oportunidad de visitar el vestuario, estarías rodeado de trofeos, fotografías y otros recuerdos de su dinastía esterlina en la historia del deporte. Todos los novatos que formaran parte del equipo estarían rodeados de este rico legado mientras entraban en el vestuario. Leerían estas palabras adornadas en la pared del vestuario: «Sostenga la antorcha en alto». Y esos novatos sentirían una carga, un mandato y la responsabilidad de mantener la antorcha alta para el equipo de hockey Canadiens de Montreal.

Esa es nuestra responsabilidad como discípulos. Mantén la antorcha en alto