La Felicidad Que Proviene De DiosMuestra

Todo Es Vanidad

Me encanta el libro de Eclesiastés porque nos relata el afán del hombre por encontrar la felicidad en este mundo. Fue escrito por el hombre más sabio que ha existido y que existirá, según la Biblia, Salomón.

Si hay un hombre que podemos decir que tuvo todo lo que quiso, fue él. En el libro de Eclesiastés, podemos leer como buscó la felicidad en todos los placeres que este mundo puede darnos. Tuvo muchas riquezas, más que cualquier otro que le antecediera. Tuvo un palacio majestuoso, así como otras propiedades. Plantó viñas, huertos y jardines. Tuvo muchos siervos. Pudo estudiar su entorno y dedicarse a obtener conocimiento. Tuvo ganado en abundancia. Tuvo 700 esposas y 300 concubinas. Si hay alguien que puede jactarse de haber hecho de todo lo que deseó, fue este hombre.

En Eclesiastés, se dice que no se negó nada que sus ojos desearan ni se apartó de placer alguno ¿Pero qué leemos a continuación? "Consideré luego todas mis obras y el trabajo que me había costado realizarlas, y vi que todo era absurdo, un correr tras el viento, y que ningún provecho se saca en esta vida" 

¿Por qué este hombre, aun después de haber disfrutado de todos los placeres que se pudiera imaginar, dijo que todo era absurdo y sin ningún provecho? ¿Por qué no fue realmente feliz? La respuesta, nos la da él mismo al final del libro cuando reconoce lo siguiente: "El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme, pues, a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre. Pues Dios juzgará toda obra, buena o mala, aun la realizada en secreto"