Encontrando alegría en las habitaciones del corazón de una madreMuestra
Los cimientos
Como en cualquier otra construcción, los cimientos de una casa determinan su capacidad tanto de peso como de altura. Sin unos cimientos fuertes, es probable que el propietario se enfrente a costosas reparaciones en el futuro.
Lo que puedas llegar a ser, como mujer y como madre, depende de los fundamentos de tu fe. Si quieres que tu vida se sostenga en los cimientos que has elegido, debes dedicar tiempo a establecer unos sólidos que resistan la prueba del tiempo y las tormentas de la vida.
Creo que hay verdades fundamentales sobre las que debes construir tu hogar. Si estas verdades se descuidan o se pasan por alto, las grietas de la impaciencia, la ira y la amargura pueden hacer que tu familia esté en un terreno inestable. Sin embargo, si te centras en las verdades fundamentales y construyes un hogar sobre estos cimientos, en el momento en que las tormentas de la vida lleguen (y llegarán), tu hogar se mantendrá firme frente a las adversidades insuperables.
El mayor regalo que puedes dar a tus hijos es el fundamento que solo la Biblia proporciona. No estoy hablando de predicarle a tus hijos; me refiero a la necesidad absoluta de atesorar la Biblia cada día en tu hogar.
Tus hijos necesitan saber que hay algunas cosas en este mundo que nunca cambian; necesitan entender que aunque la cultura evolucione, hay una constante en sus vidas en la que pueden confiar. La verdad de las Escrituras es el bien más valioso sobre el que una familia puede construir su vida. Cuando la Biblia es honrada en un hogar, hace un milagro en la vida de cada miembro de este.
Cuando atesoras la Palabra de Dios y animas a tus hijos a memorizar Sus verdades, esto les permitirá navegar por los años de la adolescencia con pureza y rectitud.
Los niños aprenden lo que viven. Si ven a su querida mamá leyendo su Biblia, ellos también conocerán el valor y la alegría que se encuentra en las páginas sagradas de la Escritura. Siempre he sido consciente de que no podría dejar a mis hijos un legado de tesoros terrenales, pero he sido más que capaz de darles aquello que nunca se corromperá ni envejecerá.
Acerca de este Plan
Estás a punto de entrar, o quizás ya entraste, en la impresionante, satisfactoria y frustrante residencia de la maternidad. Una vez que cruzas el umbral de esta magnífica morada que está reservada a quienes han sido bendecidos con hijos, tu vida y tu corazón nunca serán los mismos.
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