Cómo ser prójimoMuestra
Una misión de cuerpo y alma
Tendemos a vivir entre puertas. Vamos a través de la puerta de una iglesia para adorar, la puertas de una oficina para trabajar, y de ahí entramos a nuestros hogares para descansar. Ayer hablamos sobre la teología detrás de esto. Nuestra tendencia es separar lo físico de lo espiritual. Pero Jesús tendió un puente. Dijo que uno es semejante al otro. Oró para que la voluntad de Dios sea hecha en la tierra como en el cielo. Entonces, ¿cómo se sería abrir las puertas y dejar que una misión, los dos grandes mandamientos de Jesús, invada tu vida? ¿Cómo harás realidad el primer principio: Cómo ser prójimo? Nos esforzamos por ayudar al cuerpo y al alma.
Le hemos pedido al Espíritu Santo que nos revele nuestra misión particular. Jesús conocía Su misión. Pasó de carpintero a Mesías en Lucas 4:16-21. Después de Sus 40 días de sometimiento a hambre, agobio y sed en el desierto, Jesús llegó a la ciudad donde se había criado, entró en la sinagoga, y declaró a qué vino Él del cielo a la tierra: A traer Buenas Nuevas a los pobres, a proclamar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, liberación a los oprimidos, y que el año del favor del SEÑOR ha llegado.
¿Notaste que la lucha de Jesús en el desierto es semejante a Su misión? ¿Te diste cuenta que Jesús recibió poder del Espíritu Santo? ¿Notaste que Su misión incluye lo espiritual y lo físico? Finalmente, te diste cuenta que Él no dijo “He venido a hacer todo esto”. Lo que dijo es más bien “He venido a proclamar que todo esto se haga". ¿Cómo? Cuando aprovechamos el poder del Espíritu Santo para cumplir los mandatos de Jesús. Porque no es sólo Su misión. Es nuestra co-misión, la Gran Comisión. Y no es sólo espiritual. También es física.
Estás a punto de escuchar, al Pastor Craig, y ver una historia acerca de dos personas comunes haciendo esfuerzos para ayudar al cuerpo y al alma. Conforme la veas, ponte en oración acerca de estos aspectos: ¿A quiénes conozco o con quiénes interactúo que necesiten ayuda espiritual? ¿Tienen ellos necesidades materiales o emocionales que no estoy viendo? ¿A quiénes conozco que necesiten ayuda física? ¿Tienen ellos necesidades espirituales que no estoy viendo? ¿Cómo puede usarme el Espíritu Santo en sus vidas? ¿Cómo puedo dejar que el cuerpo y el alma trabajen juntos en la manera como sigo y comparto a Cristo en los lugares donde paso las horas? ¿He pasado por alto o confundido mi propia sed física y espiritual? ¿He tenido un "tiempo en el desierto", como Cristo, el cual podría señalar hacia mi participación única en la Gran Comisión? ¿He aprovechado el poder del Espíritu Santo para ser verdaderamente capaz de realizar todo esto?
El paso de hoy: Mira el video. Luego, sal de tu zona cómoda. Si siempre estás ofreciendo ayuda física o emocional, ofrece orar con alguien. Si siempre estás orando o testificando, ofrece ayuda material. Pero no lo hagas sólo una vez. Empieza a vivir de esta forma.
Principio Uno: Nos esforzamos por ayuda al cuerpo y al alma.
El Evangelio, las buenas nuevas de Dios, promete libertad para las personas. Seguimos el modelo que Jesús diseñó: Cuidar de ambos, el cuerpo y el alma. Predicamos inquebrantablemente el Evangelio mientras restauramos y desarrollamos los componentes natural y social de nuestras comunidades.
Acerca de este Plan
¿Y si no tuviéramos que viajar lejos para acercarnos a las personas que están distanciadas de Dios? ¿Y si los cristianos fueran los mejores vecinos? ¿Cambiaría tu calle? ¿Estaría más lleno el cielo? Hace mucho tiempo, un líder religioso le preguntó a Jesús cómo entrar en el cielo. Jesús contestó con una pregunta y luego con la historia del Buen Samaritano. No es de extrañar que 2000 años después, la historia de Jesús siga explicando cómo ser un buen prójimo. Únete al Pastor Craig Groeschel y a Life.Church en una guía práctica, llena de historias, para conocer a tu prójimo y amarlo como a ti mismo. Pero no solo la leas, ¡vívela!
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