Cómo ser prójimoMuestra
Todos somos adoptados
Una forma práctica en que nuestra iglesia intenta seguir los mandatos de Jesús, es a través del mentoreo, el acogimiento temporal y la adopción. Muchos de nuestros empleados y feligreses tienen niños en acogimiento temporal o adoptados. Nuestras sedes trabajan con asociados locales para conectar a nuestra gente con todos los aspectos de estas opciones. Durante nuestra serie Cómo ser prójimo, estamos poniendo en marcha una alianza para hacer posible que las personas conozcan y ayuden directamente a familias adoptivas y de acogimiento temporal, a través de un sitio web sencillo. Sin embargo, esto es lo raro, todos somos adoptados. No sólo nuestros empleados, nuestra iglesia entera y todos los creyentes. De acuerdo con Gálatas 4:5, antes de Cristo todos éramos como niños, sujetos a la ley de este mundo, sin un padre. Pero Dios envió a Jesús a comprar nuestra libertad para que Él pudiera adoptarnos como uno de los suyos. Sin Jesús, todos somos cautivos sin padre, solitarios y vulnerables. Todos hemos pecado y altercado con la familia de Dios,todos hemos sido invitados a regresar. Somos todos adoptados.
¿Te has preguntado por qué las Escrituras, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, nos están llamando a ocuparnos de los presos, los pobres, los vulnerables? Medita en ello. Isaías 58, Mateo 25, Santiago 1, Salmo 68, y muchas otras Escrituras describen a esto como religión pura, verdadero ayuno y lo que separa a las ovejas aceptadas de las cabras desechadas. Quizás, sencillamente nos están recordando seguir los dos mandamientos más importantes de Jesús. Tal vez todos estamos huérfanos, quebrantados, perdidos y cautivos. Tal vez nos están llamando a amar a nuestro prójimo como Cristo nos amó, la forma en que Dios nos adoptó. La forma en que el Espíritu Santo impulsa con poder divino nuestro ser quebrantado.
De cierta forma, todos somos adoptados y todos estamos quebrantados. Pero, nuestros ojos a menudo están ciegos a nuestro quebrantamiento aunque abiertos de par en par a las deficiencias de nuestros prójimos. A veces olvidamos la parte "como a nosotros mismos". Miramos hacia abajo y no hacia el lado. Salvamos en lugar de servir. Rescatamos en lugar de relacionarnos. El Dr. Brené Brown, autor, conferencista TED, y filósofo lo expresa acertadamente: “… hemos dividido el mundo en 'los que necesitan ayuda' y 'los que ofrecen ayuda.' La verdad es que somos ambos".
El autor y predicador Oswald Chambers dice: “El fundamento en el Reino de Jesucristo es pobreza, no posesión. El conocimiento de nuestra propia pobreza nos lleva a la frontera moral donde Jesús trabaja”. Dónde queremos estar, ¿verdad? En la frontera donde Jesús trabaja. ¿De qué pobreza propia no estás enterado? ¿Estás ciego? ¿Qué te está impidiendo amar a tu prójimo como tú mismo eres amado?
El paso de hoy: Mira la segunda parte de la historia de Bobby y Phyllis, luego busca en tu corazón y en tu pasado experiencias y relaciones quebrantadas. Da el primer paso para permitirle a Dios usar este quebrantamiento para sanar a otros.
Acerca de este Plan
¿Y si no tuviéramos que viajar lejos para acercarnos a las personas que están distanciadas de Dios? ¿Y si los cristianos fueran los mejores vecinos? ¿Cambiaría tu calle? ¿Estaría más lleno el cielo? Hace mucho tiempo, un líder religioso le preguntó a Jesús cómo entrar en el cielo. Jesús contestó con una pregunta y luego con la historia del Buen Samaritano. No es de extrañar que 2000 años después, la historia de Jesús siga explicando cómo ser un buen prójimo. Únete al Pastor Craig Groeschel y a Life.Church en una guía práctica, llena de historias, para conocer a tu prójimo y amarlo como a ti mismo. Pero no solo la leas, ¡vívela!
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