Cautivante: 6 Días De Estudio Para Restaurar Tu CorazónMuestra

Tu papel irremplazable

Una mujer quiere sentirse útil. Queremos que nuestras vidas importen y que importen profundamente. Queremos ser necesarias. Insustituibles. Y Dios también. 

A medida que crecemos en Cristo y nos hacemos cada vez más suyas, más sanas y más verdaderamente nosotras mismas, Dios recupera y restaura nuestros sueños. Y si nunca hemos sido conscientes de ningún sueño, él los despierta en nosotras. No todas las mujeres son madres, pero todas son dadoras de vida. Las mujeres dan a luz todo tipo de cosas: ministerios, relaciones, obras creativas, libros... la lista es interminable. 

Dios ha escrito algo en tu corazón. Dándote permiso para soñar, piensa esto: si pudieras hacer algo, ¿Qué sería? ¿Dónde? ¿Quién más podría participar? 

Si no sabes cuál es tu vocación, lo que Dios ha escrito en tu corazón, reflexiona en qué áreas de tu vida has sido atacada por el enemigo. ¿En qué área te has sentido lastimada? ¿Qué mentiras te han dicho? Las heridas a menudo revelan el secreto de tu propósito y lo que estás destinada a traer al mundo. Si no, ¿por qué el enemigo te atacaría precisamente en esa área? 

Todas las mujeres tenemos un papel insustituible y estamos llamadas a ser dadoras de la vida. La forma en que vivimos esto se expresa de múltiples maneras a lo largo de nuestra vida. Algunos de los deseos que Dios ha escrito en nuestro corazón son específicos y otros son un poco abstractos. Tan sólo debes iniciar la búsqueda de la mano de Dios. Eres una mujer. Eres una dadora de vida. Tienes un papel insustituible que desempeñar. Te necesitamos. Dios te necesita. Elígelo a Él. Primero. Y último. Y durante todo momento en el medio, elígelo a Él.