Corazones ArdientesMuestra
Un Fuego Ardiente
¿Por qué Jeremías seguía siendo un profeta del Señor entregado a su servicio, a pesar de la continua persecución y del desprecio de su propio pueblo? Él mismo nos contesta: porque “había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos.”
El ardor del corazón viene de una experiencia diaria de vida al lado de nuestro Creador. “¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?” Is. 33:14 Cuando nos acercamos a Dios, Él se acerca a nosotros y el calor del Espíritu se hace más fuerte en nosotros.
¡Cuán ligada está la santidad al ardor del corazón! No se trata de religión, de reuniones y programas, no se trata de hacer iglesia con las visitas al templo o la participación en ministerios o actividades. El ardor del corazón es la experiencia del que está cerca del Maestro, del pámpano que permanece, del que continuamente depende del agua de vida.
Es importante que no perdamos de vista el hecho de que, el enemigo usa sus maléficas artimañas, para hacer menguar el fuego en el creyente. Su objetivo es que el frío, que viene como consecuencia de la lejanía de Dios, arrope el alma de aquel a quien engaña. A menor ardor menos obediencia, menos servicio, menos santidad.
Es un escenario peligroso, y es el lugar al que el enemigo quiere llevar al creyente. Ese lugar donde la flama de las llamas es tan débil que cualquier brisa del mundo, de la carne y del mismo diablo puede apagarla.
El llamado del Señor es a que nos acerquemos a Él, que nos detengamos y miremos qué cosas están disminuyendo el fuego que debe arder de continuo en nuestros corazones. Dios nos llama a participar de su fuego en la santidad, en la obediencia, en la humillación, en la continua dependencia del Espíritu Santo y en nuestra oración sincera y humilde.
Padre, queremos tu fuego en nuestras vidas. Provoca en nosotros un deseo vehemente de buscarte, de acercarnos, de traer leña a nuestro altar. Llena de aceite nuestras lámparas para que no dejemos de arder en ningún momento y bajo ninguna circunstancia.
Escrituras
Acerca de este Plan
Una de las cosas que más anhelamos en la vida es sentirnos apasionados por algo. Podemos ilustrar este sentir del alma como una llama que arde y no se apaga. En este plan veremos algunas personas cuyos corazones ardieron en su apasionado amor por el Señor.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:http://facebook.com/GrettchenStage