Día Ocho: El Mejor Regreso de Todos los Tiempos

Escrito por Danny Saavedra

Y, si Cristo no ha resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes. 15 Aún más, resultaríamos falsos testigos de Dios por haber testificado que Dios resucitó a Cristo.. Y, si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es ilusoria y todavía están en sus pecados. En este caso, también están perdidos los que murieron en Cristo. Si la esperanza que tenemos en Cristo fuera sólo para esta vida, seríamos los más desdichados de todos los mortales". 1 Corintios 15:14-19. 

No sería exagerado decir que todo depende de la resurrección, del poder de Jesús sobre la muerte. Muy a menudo, enfocamos toda nuestra atención en la cruz. Por supuesto, la obra de Jesucristo en la cruz es sumamente importante. Fue en la cruz que pagó la deuda de nuestros pecados. Si no fuera por el Cordero de Dios perfecto y sin pecado que se entrega voluntariamente como sacrificio vivo en el altar de la eternidad en el Calvario, el pecado aún tendría poder y control sobre nosotros.

Pero la cruz no es el final de la historia ni el mayor momento de triunfo. Si realmente lo piensas, la cruz de Cristo fue el momento más oscuro de la historia. ¿Por qué? Porque el Hijo de Dios tuvo que sufrir y morir una muerte horrible. En ese momento, “al que no tuvo pecado, Dios lo hizo pecado” (2 Corintios 5:2). Jesús tomó sobre sí todos los pecados del mundo entero (pasado, presente y futuro), de los que lloraban a sus pies y los que escupían en su rostro, los que llegarían a amarlo, seguirlo y glorificarlo, y los que lo odiarían, lo rechazarían y blasfemarían contra Él.

Imagínate a los discípulos. En lo que a ellos respecta, la esperanza murió en la cruz; es lo que discutimos el día siete. Y esto es lo que hay que recordar: si Jesús simplemente hubiera muerto en la cruz y la historia hubiera terminado allí, ellos habrían tenido la razón y no tendríamos ninguna esperanza.

De hecho, aparte de la resurrección, “[nuestra] fe es inútil; [nosotros] todavía estamos en [nuestros] pecados. . . seríamos los más desdichados de todos". ¿Por qué? El teólogo Albert Barnes lo expresó de esta manera: “El perdón del pecado estaba relacionado con la creencia de la resurrección del Señor Jesús, y si no resucitó, entonces todavía estarían en un estado de pecado. . . Tus pecados aún no han sido perdonados, sólo pueden ser perdonados por medio de la fe en Él y por el poder de su sangre. Pero si no resucitó, entonces es un impostor; y por supuesto, toda esperanza de perdón por parte Él y por medio de Él deben ser vanas ".

Entonces, ¿por qué es tan importante la resurrección? En pocas palabras, es la evidencia de que el dominio del pecado ha terminado. Recuerda, la pena del pecado como se establece en el Jardín del Edén en Génesis 2 es la muerte. Entonces, si Jesús hubiera muerto en la cruz y permanecido en la tumba, el pecado todavía tendría dominio porque la muerte habría ganado. Pero Jesús no se quedó en la tumba…

“Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡Ha resucitado!” – Marcos 16:6.

La resurrección de Jesús significa que el poder del pecado ha sido destruido y la deuda del pecado completamente pagada. Ese es el milagro de la resurrección, ¡el mejor regreso de todos los tiempos! ¡Ese es el poder de Cristo en todo su esplendor!

Gracias a Jesús, tenemos esperanza. ¡Por medio de Su resurrección, Él despojó y derrotó al pecado y a la muerte de su poder! ¡Tenemos la victoria porque Él conquistó la tumba! (1 Corintios 15: 56–57) dice: “El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. ¡Pero gracias a Dios! Él nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo ”. Y (Efesios 2: 4–6) declara: “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales.”

En Él, nuestros pecados han sido perdonados, hemos nacido de nuevo, estamos completamente vivos y somos libres. En Él, podemos regresar de la muerte a la vida, ¡tenemos vida eterna en el cielo y vida abundante y plena aquí y ahora.

Entonces, en este domingo de Resurrección recuerda el costo de la cruz, pero no mantengas tu enfoque allí, porque la tumba está vacía y nuestro Señor está sentado “en el lugar de honor, a la derecha de Dios, en los lugares celestials” (Efesios 1:20) y Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.” Romanos 5:5. Celebremos el regreso; ¡Celebremos al Cristo resucitado que nos resucitó!