¿Cómo están tus raíces?Muestra

¿ERES BAMBÚ?

Qué gusto saber que te has dado cita para esta siguiente enseñanza ¿Estás listo? ¡Vamos!

A diferencia del helecho, el bambú es considerado como una planta herbácea japonesa muy famosa por ser el alimento favorito de los osos panda. Como parte de sus características destacan su gran resistencia a todo tipo de clima, aunque lo ideal serían los lugares húmedos y con luz solar directa. Deben mantenerse libres de plagas y requieren de buen abono orgánico para el surgimiento de nuevos brotes debido a que si se usa un abono químico podría causarle daños de gravedad. Es de tipo perenne y su tamaño puede llegar a sobrepasar los 30 metros.

Por otro lado, esta planta es catalogada como “no apta para impacientes” debido a que la forma de crecimiento en comparación con lo que acostumbramos en las demás especies es muy diferente. Permíteme graficártelo con una historia:

Cierto día un sembrador inexperto colocó una semilla, la abonó y regó con diligencia esperando observar el fruto de su trabajo como máximo en un par de semanas; sin embargo, habiendo pasado los primeros meses no ha podido vislumbrar ni siquiera un pequeño brote.

En su asombro por tan inusual situación decidió esperar un tiempo más para volver a revisar; sin embargo, en medio de su ajetreo cotidiano tanto en casa como en el campo pasó por alto este evento cumpliéndose así cuatro años desde su siembra. 

Un día temprano por la mañana mientras se encontraba recostado en su cama vino a su mente el recuerdo de la semilla que había sembrado. Esto le causó tanta emoción que lo hizo salir presuroso hacia su jardín, ¡y vaya sorpresa se encontró! El espacio donde había sembrado seguía vacío.

En medio de su desesperación pensó dejarla a su suerte, pero terminó optando por sembrar otras semillas en el mismo lugar al suponer que la que usó había venido defectuosa. Para este entonces se sentía muy frustrado aunque con una leve esperanza de que esta vez sí o sí encontraría sus anhelados bambús, pero para su efímera fortuna se repitió el ciclo: ¡No había nada!

Debo admitir que al principio no es una historia muy alentadora, no obstante, en todo ese panorama lo único que hacía falta era nada más y nada menos que… ¡Información! Este sembrador entusiasta en su buena intención se había querido sumergir hacia un proceso desconocido porque ignoraba que el tiempo de crecimiento de esta planta recién se podía hacer visible después de haberse cumplido exactamente siete años con seis semanas en completa oscuridad bajo tierra.

No es que aparentemente esta semilla estaba pasmada, sino que, en ese lapso de no visibilidad, el bambú estaba desarrollando una profunda estructura de raíces que le serán de vital importancia para que pueda sostenerse cuando empiece su acelerado crecimiento porque una vez cumplido ese tiempo... ¡Podría llegar a medir más de 30 metros! 

Si tal vez en este momento te encuentras pasando por alguna situación de incertidumbre o pareces estancado, sin esperanzas, deprimido o solitario, mira dentro de ti y siéntete orgulloso de que en este tiempo en tu interior gracias a esos procesos están entretejiéndose raíces fuertes y firmes que te sostendrán una vez que los hayas aprobado. 

Amado lector, muy pronto lo que sembraste con lágrimas cosecharás con regocijo. Ten calma, no desesperes. Si pensabas rendirte hoy traigo a tu vida un valioso recordatorio: ¡Sé como el bambú, no abandones tu proceso! 

Un abrazo fraterno,

Angie Sevillano