AgradecidosMuestra

"Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para siempre puedan ser generosos; cuando llevemos sus ofrendas a los que las necesitan, ellos darás gracias a Dios" 2 Corintios 9:11 (NTV)

Debatíamos entre hermanos acerca de las motivaciones para ser generosos, y sabemos que así como hay un verso que nos dice que todo lo que queramos que hagan con nosotros, lo hagamos con otros (Mateo 7:12); y esta pudiera ser nuestra "correcta" motivación, pues Jesús mismo dijo que esa era ley.

Y a este verso le antecede el modo que tiene Dios para proveer nuestras necesidades; es decir que, como creyentes, tenemos el deber de suplir a otros, pues por supuesto, si yo no tuviera pan para mis hijas, querría que otros también pensaran en socorrerme cuando sea necesario.

Pero la motivación para ser el dador alegre que Jesús nos enseña es mucho más radical que nuestras buenas y válidas razones, es lo que podríamos llamar una respuesta horizontal a un agradecimiento vertical: doy en mi horizonte, lo que no volverá a mis manos, sino a Dios.

“Ningún hombre debe vivir para sí mismo; las dos grandes metas de cualquier vida Cristiana debiera ser, la gloria a Dios, y el bien hacia los demás, especialmente para aquellos que pertenecen a la familia de la fe.” (Poole)

El mundo tiene buenos motivos para ser generosos; hasta el dar para que otros aparte de ti sean bendecidos, ese sería el ideal.

Pero la generosidad sincera y con liberalidad es fruto de un corazón agradecido, que sabe que no importa cuánto de, nunca podrá decir: "He dado todo lo que Dios me ha dado" porque lo que ha recibido, sobrepasa los límites de la conciencia humana.

Que el dar y servir a otros esté tan adherido a nuestro ser que sea parte de levantarnos, caminar y acostarnos; con la liberalidad que Dios espera de nosotros.