Deléitate en Su PaternidadMuestra
Jesús te dio la paternidad de Dios, gózate en esta realidad.
Es increíble cómo el mismo hombre es el que se ha encargado de establecer una serie de condiciones y ritualismos que se creen necesarios para llevar una relación cercana con el Padre, como si Jesús no fuera suficiente. Jesús es nuestro Sumo Sacerdote por excelencia que nos dio entrada al trono de Dios para que pudiéramos acercarnos confiadamente a Él y disfrutar de una relación plena en su presencia. Dios mismo nos regaló este privilegio a través de su Hijo Jesús cuando entregó su vida por nosotros para perdón de nuestros pecados y una vez aceptos delante de su presencia pudiéramos gozarnos de su paternidad.
Es comprensible que una vez rescatados por Jesús sea vital que nos nutramos constantemente con la Palabra y estemos en continua oración; es el resultado natural de haber sido salvos. Queremos deleitarnos en su sabiduría y conocimiento, queremos conocerlo más y más cada día. Sin embargo, una vez salvos por Jesús y sellados con el Espíritu de Dios, no puede haber requisito alguno que nos haga falta para poder deleitarnos en el disfrute de la paternidad de nuestro Padre.
Somos sus hijos y no hay nada ni nadie que pueda impedirnos acercarnos a Él confiadamente. No necesitamos una preparación especial, un mínimo de años de creyentes, un don adicional ni otra cosa para poder acercarnos a Él y gozarnos en su bondad, en su presencia. Jesús nos acercó al Padre, es indudable que lo hizo para siempre, es indudable que Él es suficiente.
Quienes hemos sido rescatados por Jesús, tenemos claro que nos ha hecho hijos de Dios y con todo lo que nos falta por mejorar, en la fuerza de su Espíritu, no en la nuestra; tenemos la convicción de que podemos deleitarnos con libertad en su presencia. Hazlo tú también, eres su hijo. No te pierdas el gozo de poder experimentar el amor de Dios a plenitud; disfruta de su paternidad, Jesús te la entregó, gózate en esta realidad.
Acerca de este Plan
Disfrutar la Paternidad de Dios se trata de tener una relación con Él, fortalecerla a la luz de la Palabra, la obediencia, el amor y la gratitud que sentimos hacia Él. Si su Hijo Jesús nos concedió el privilegio de ser reconciliados con Él, ¿Cómo no deleitarnos en su presencia como niños recién nacidos que necesitan a su Padre?
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Nos gustaría agradecer a Marysela Ocampo O. por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite:https://www.facebook.com/Mariocampootal/