¿A Quién Le Vas a Creer? Muestra

Una pregunta importante 

Cuando pienso en mi adolescencia, puedo definirme como una persona un poco rebelde. Recuerdo que un sábado por la noche se había organizado un festival en un club de fútbol para toda la comunidad. Habíamos ido con mis amigos del colegio y, cuando estábamos pasando el rato cerca del estacionamiento, vimos el auto de uno de nuestros profesores. Pensando que sería una buena broma, nos acercamos y levantamos los limpiaparabrisas, para luego irnos y olvidar lo que habíamos hecho. 

El lunes, al regresar al colegio, escuchamos un anuncio por el altavoz: tanto mis amigos como yo estábamos convocados a la oficina del director. Al entrar, nos encontramos con nuestro maestro, el dueño del auto, quien nos acusaba de habérselo rayado con una piedra.

Al parecer, alguien había realizado una broma más pesada que la nuestra y nos había culpado por el simple hecho de haber estado cerca del vehículo. 

Para acortar la historia, diré que llamaron a nuestros padres y nos suspendieron por dos semanas, a pesar de decirles que sólo habíamos tocado los limpiaparabrisas.

Cuando mi papá manejaba en silencio camino a casa, yo seguía tratando de explicarle que no habíamos sido nosotros, pero él seguía creyendo en lo que habían dicho los profesores. Hasta que llegó un momento en que le grité: “¿A quién le vas a creer? ¿A ellos o a mí?”

Meses después, el alumno que había rayado el auto admitió su responsabilidad, y el colegio se disculpó con nosotros. 

Pero la pregunta que yo le había hecho a mi padre me recordó lo que el pueblo de Israel tuvo que responder cuando los espías regresaron de inspeccionar la tierra prometida. 

En Deuteronomio 1, Moisés hace referencia a la historia en Números 13, y si leemos con atención, podemos ver que la idea de enviar espías a la tierra prometida no nació del corazón de Dios, sino de la incredulidad de los israelitas. Moisés sabía que Dios les había entregado esa tierra, pero sus hombres lo convencieron de que eligiera a los mejores del pueblo, los líderes de cada tribu, para ir a inspeccionar el lugar. Esa decisión demostró debilidad, temor, falta de confianza y de fe. 

Hay momentos en nuestra vida en que nos encontramos frente a distintas opciones, distintos caminos para elegir. Es en esos momentos cuando debemos responder a la pregunta: “¿A quién le voy a creer?”. 

Oración: Señor, te pido que me ayudes a creerte y a responder correctamente la pregunta.  Te doy gracias porque tus promesas siguen vigentes y porque no hay nada que pueda frustrar tus planes. En el nombre de Jesús. Amén.