Vibrante: Una vida de adoraciónMuestra

Creo que en lo más profundo de cada uno de nosotros, en la médula, nuestro principal deseo en la vida es simplemente ser como Jesús. ¡Cómo anhelo responder como lo hizo Él a personas difíciles y cascarrabias! ¡Cómo ansío hacer absolutamente todo como lo hizo Jesús!

Pedro entendió la magnificencia y el honor que las promesas de Dios tenían para quienes decidían creer. Pedro sabía que no hay nada más valioso para nuestro estilo de vida que apropiarnos de la verdad de las promesas de Dios en nuestro comportamiento diario. Sin embargo, para que tú poseas las promesas, primero debes estar consciente de ellas.

Cuando tú y yo, hechos a imagen y semejanza exacta de Dios, aplicamos Sus promesas a nuestra vida humana, comenzamos a caminar en el poder y la fortaleza que Él ha diseñado para nosotros. Cuando conecto mi vida a Su palabra, soy más como Él y menos como yo.

Es asombroso darse cuenta de que Pedro y el Espíritu Santo nos han invitado a ser “partícipes de la naturaleza divina” (2 Pedro 1:4).

Por Jesús, no tengo el temperamento de mi tía abuela ni soy propenso a criticar como mi abuelo. Exhibo la naturaleza divina.

Por el Calvario, no tengo que llenarme de vergüenza por pecados en el pasado o mantenerme despierto toda la noche con preocupaciones. Estoy llamado a evidenciar la naturaleza divina.

Por la palabra de Dios, no tengo que preguntarme cuál es la voluntad de Dios ni vagar sin rumbo por la vida. Soy una muestra en el planeta Tierra de cómo vivir la vida llena de la naturaleza santa y amorosa de Dios.

¡Una de las partes más gloriosas de este estilo de vida es que no tenemos que ser como Jesús, pero llegamos a ser como Él! Es un gran honor y privilegio transitar por la vida en un mundo que anhela que alguien les presente a Jesús.

Pedro sabía que a pesar de que caminamos en victoria de nuestra fe, en la verdad de la Escritura, y el poder del Espíritu Santo, naturalmente enfrentaríamos algunas dificultades a lo largo de la vida.

¡Sin embargo, decidir ser la expresión humana del carácter de Cristo abre una puerta de escape para nosotros!