Vibrante: Una vida de adoraciónMuestra

Uno de los aspectos más íntimos y dulces de la invitación a vivir una vida vibrante es sencillamente el darse cuenta de que Dios está contigo. ¿Cómo puede ser algo tan difícil cuando te das cuenta de que Aquel que mejor te conoce y más te ama ha prometido estar siempre a tu lado?

Al imaginar a Pablo escribiendo estas palabras desde una prisión romana, puedo imaginar que se da cuenta de que necesita pasar su manto a quienes le siguen. Pablo estaba consciente de que creyentes en el antiguo mundo habían estado observando de cerca su vida cuando predicaba, escribía, pasó tiempo en prisión, trató con tormentas y naufragios, fue perseguido por causa de Cristo, y animó a aquellos bajo su cuidado. Ahora era el momento para una nueva generación de creyentes para guiar con honor y un comportamiento como el de Cristo.

Pablo les recordó a aquellos a quienes les escribía, “El Dios de paz estará con ustedes.” Y en aquellas palabras, descubrimos la bendita certeza que animó el corazón y la mente de Pablo sin importar sus circunstancias. Oro que esas palabras que escribió Pablo como una bendición sobre la iglesia primitiva resuenen también en tu corazón.

¡Amigo, tú nunca estás solo! La presencia del Señor te guía, vela sobre ti y te protege. ¡Se te ha dado el valioso regalo no solo de Su paz, sino de Él!

¡No podrías sacudirte la presencia de Dios incluso si lo intentaras por el resto de tu vida! ¡Dios, tu Padre celestial, es el primer papá helicóptero registrado en toda la historia!

Uno de los aspectos más valiosos de la vida en este lado del cielo es la amistad con Jesús. El tiempo con Jesús vuelve un día horrendo en un día asombroso.

Cuando me tranquilizo y paso tiempo en oración solo con Jesús, un día mediocre se revoluciona en un día magnífico.

Cuando elijo leer la Palabra e ignorar las distracciones en mi mundo, llega la paz que sobrepasa todo entendimiento.

Decidir cantarme hasta dormir en lugar de llorar hasta quedarme dormido, me lleva a Su presencia donde siempre hay plenitud de gozo.

¡No ignores el regalo que se te ha dado en Él! El Dios de Pablo es tu Dios y Él está hoy contigo tal y como estuvo con Pablo en prisión.