Jeremías en 3,2,1… El Plan Perfecto.Muestra

«¿Podrá alguien esconderse en escondites De modo que Yo no lo vea?», declara el Señor . «¿No lleno Yo los cielos y la tierra?», declara el Señor. Jeremías 23:24 

Le conté a mi hija menor dos de mis anécdotas de cuando yo era pequeña:

La primera, debía tener yo unos 5 ó 6 años y yo perseguía en casa a un pollito, ambos rodeamos muchas veces una de las mecedoras de la sala y se me ocurrió que el animalito debía ser tan inteligente como para devolverse cuando yo empujara la mecedora y... me disculpan pero no puedo describir por acá como quedó el "tonto" pollito que siguió su carrera hasta que se aplastó.

La otra triste historia para otro pollito (que mami creo que me compraba 4 por semana), y yo era más grandecita, fue que a escondidas me lo llevé para el colegio, y obvio, de la puerta me devolvieron, pero, no podía llegar a casa con el pollito, no a esa hora, ya al mediodía encontraría la manera de cruzar la puerta de mi casa sin que mami lo notara; así que, dejé al pollito en la galería (abierta) de una casa cerca y me dije que él me esperaría hasta la salida del cole; hubiera sido lo más difícil de leer de este relato si no faltara por decirte que cada mañana pasaba por el frente de esa casa, segura de que encontraría al ave.

- ¡Qué tonta! - dijo mi hija a carcajadas.

- No mija, yo era muy inocente.

Para ser una niña tan letrada entonces, era difícil creerme capaz de tener tan poco sentido común.

(Para más tonterías como esas, tendré que invitarlos a un café, porque son muchas).

Hoy encontré una foto de mi hija escondida detrás de unas sabanas colgadas y se le veía los pies, pero recuerdo que ella a pesar de verse, me llamaba: ¡Mami. a que no me encuentras!

Le mostré la foto a niña y aunque ella no se reconoció a sí misma como la niña inocente que fue su mamá, estoy segura que en unos años se reirá de sus propias "bobadas".

Así venimos a los pies de Cristo la primera vez, llenos de tonterías hechas y creídas por nosotros, que cuando las cometimos, estábamos seguros de estar haciendo las cosas del modo correcto; al pasar de los años, cuando ya hemos madurado, tendremos la capacidad de recordar y alzar la mirada con gesto de: ¡que boba era! ...

Es bueno recordar quienes éramos, donde estábamos, de que éramos capaces y veremos con mayor agradecimiento como Dios nos abrió el entendimiento al día de hoy.

Talvez te escondías de Dios, asumiendo que "Él no te vería", o le orabas, pensando que no te escucharía; pero Dios te dice que Él llena los cielos y la tierra.

PD. Dios ha de reírse conmigo cuando pienso en esas cosas de infancia y no creo que me diría tonta, sino: ¡que inocente eras mija! Que bueno que creciste ya.