Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

La historia de Jonás no solamente es una historia de desobediencia al mandato de Dios, es algo mucho más profundo, que incluso puede estar pasándonos a nosotros, un problema dentro del corazón. Tampoco es una simple historia de una ballena tragándose a un hombre.

Jonás estaba huyendo porque sabía que Dios es un Dios compasivo y lleno de misericordia, que perdonaría a todo el pueblo de Nínive si ellos se arrepentían. Es un hombre que conoce a Dios, pero está lleno de egoísmo. También lo escuchamos pidiendo a los marineros que lo maten, pero Jonás no teme a Dios, ni le obedece; mientras que los marineros terminan temiendo a Dios y adorándole. Es un hombre que, al parecer, conoce a Dios, pero no tiene compasión por otros, mucho menos amor. No ama a quien Dios ama, pero al mismo tiempo siente que está haciendo lo correcto delante de Dios. Es un hombre religioso que se enoja cuando el origen de su sombra termina, ¿cómo Dios podría no amar a un pueblo que él mismo creó?

¿Estaremos haciendo lo mismo nosotros? ¿Amamos a aquel que Dios ama y dio su vida por él? ¿O amamos más las cosas materiales que Dios no da que cuando somos privadas de ellas nos enojamos?