Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

Amós estaba poniendo en jaque a todos, siendo tan solo un pastor y recolector de higos, Dios lo llamó a profetizar su juicio. Incluso el sacerdote Amasías le pedía que se fuera de Bet-el donde estaba el rey. El mensaje de Amós era incómodo, anunciaba el juicio, juicio del que nadie podría escapar, aún cuando lo intentaran con todas sus fuerzas.

Hay un momento en el que Dios dice: les daré hambre, pero no hambre de pan, sino hambre de mi Palabra y no la van a encontrar.

¡Qué difícil es cuando ignoramos voluntariamente la Palabra de Dios!

Dios no los deja sin esperanza; antes de terminar el libro de Amós, se anuncia la restauración. Como Dios traerá del cautiverio a su pueblo, les volvería a traer y los haría fructificar.

Sin esto, el futuro sería desolador, cuando ahora hay un futuro lleno de esperanza.