Antiguo Testamento con Fermín IVMuestra

EL proyecto de construcción del templo es muy impresionante. Si consideramos el tamaño de cada área, y como estaba recubierto todo de oro, pareciera muy extravagante. El tamaño de los querubines dentro del lugar santísimo era exagerado, las puntas de sus alas se tocaban en el centro y llegaban hasta el otro extremo de la habitación. Todo es sorprendente. Incluso los elementos fuera del templo, que se usaban para los sacrificios, estaban hechos de bronce. Se contrató a una persona especial para que los hiciera. Sin duda Salomón hizo un templo que llamaría la atención no sólo en su época sino también en la nuestra.

Pero ni el oro, ni el trabajo artesanal, ni el tamaño de los querubines era tan importante como lo que Dios le dijo:

"Y vino palabra de Jehová a Salomón, diciendo: Con relación a esta casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos e hicieres mis decretos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo cumpliré contigo mi palabra que hablé a David tu padre; y habitaré en ella en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel."
1 Reyes 6:11-13

Dios promete habitar en esta casa. No por el oro que contiene o por el diseño, Él promete quedarse si Salomón anda en sus estatutos y mandamientos. Lo que estaba buscando Dios de Salomón es obediencia.

Más adelante este lugar se llenaría de personas llevando a cabo sacrificios, sacrificios que realizaban sin la mínima intención de obedecer a Dios. Este lugar que Salomón construyó iba a ser destruido por Nabucodonosor en el futuro.

¿Qué será más importante? ¿El lugar o la obediencia?

Uno obedece cuando responde a la gracia y misericordia de Dios, cuando uno tiene a Dios como amo y Señor. Es por el poder que Dios da a través de su Espíritu Santo que podemos vivir en obediencia para nuestro Dios.