Antiguo Testamento con Fermín IVEjemplo

Después de la muerte de Jeroboam rey de Israel y la muerte de Roboam rey de Judá, comienza una sucesión de reyes que es por demás decepcionante. 

En el reino de Israel, cada rey que sube al trono sigue el ejemplo de Jeroboam haciendo lo malo ante los ojos de Dios. Esto hace que haya reinados cortos, traiciones, suicidio y, sobre todo, un acarreo del pueblo a adorar otros dioses. Jeroboam puso el ejemplo desde el principio. ¿Qué ejemplo estamos dando a nuestros hijos? ¿A nuestros compañeros en el trabajo?

Hubo profetas de parte de Dios que se atrevieron a hablar en momentos críticos, trayendo palabra de Dios en contra de algunos reyes. Jehú profetizó el final del reinado de Baasa. Incluso profetizó que ninguno de sus descendientes se sentaría en el trono. 

Otro profeta de Dios fue Elías, quien profetizó una sequía durante el reinado de Acab. Acab adoraba a Baal, que era conocido como el dios de la tormenta. Por eso, profetizar que habría sequía era demostrar que el dios de Acab no tenía poder. Y mientras está la sequía, Dios le provee a Elías; primero junto al arroyo, y después a través de una viuda. Jesús recordó esta historia, relacionándola con la manera en la que Él era rechazado en su propia tierra y en como Dios se extiende para alcanzar a aquellos que no eran Israelitas.

Dios bendice a la casa de la viuda, proveyendo en medio de una sequía y sanando a su hijo de una enfermedad que lo estaba matando.

¿Será que Dios puede hacer lo mismo en nuestro tiempo? ¿Confías en que Dios puede proveer alimento y salud en medio de la crisis?

Hoy, Dios es el mismo que en los tiempos de Elías. De eso no hay duda. Pero, ¿confiaremos en Él como lo hizo Elías?