Mayor recompensaMuestra
Pequeñas disciplinas, grandes diferencias
¿Alguna vez has mirado la vida de alguien, tal vez un olímpico, un atleta o simplemente uno que admiras, y has pensado que nunca podrías ser tan disciplinado como él? Todos los hemos pensado. Es fácil sentir que la disciplina está reservada para los más talentosos entre nosotros. Pero ella no se desarrolla de la noche a la mañana.
El pastor Craig Groeschel lo dice así: "Las pequeñas decisiones que nadie ve producen los resultados que todo el mundo quiere".
Ese atleta olímpico ha pasado toda su vida buscando esa medalla. Desde levantarse temprano a la mañana hasta largas horas de entrenamiento, pasando por el buen hábito de comer y descansar bien, su éxito no fue un evento único, sino el resultado de la suma de decisiones diarias. Y así es como funciona la disciplina.
Normalmente es un ciclo. A inicio de año estableces algunas metas para tu vida. Tal vez este sea el año en que comas bien o vayas al gimnasio o empieces a leer la Biblia todos los días (¡lo cual, si es tu caso, lo estás haciendo bien!). Pero en febrero, algunos de nuestros viejos hábitos regresan. Dejamos de cumplir la meta un día. Luego se convierte en una semana, y finalmente las abandonamos y volvemos al punto de partida.
Pero no podemos darnos por vencidos cada vez que nos rendimos. Si lo hacemos, nunca desarrollaremos la disciplina. Entonces, ¿por dónde empezar? ¿Cómo podemos asegurarnos de que este año sí lo logremos?
Tenemos que empezar poco a poco, ser coherentes y predecidir nuestras disciplinas. De hecho, la mejor manera de empezar y mantenerte disciplinado es recordando el motivo por el que decidiste hacerlo. ¿Por qué? Porque puedes superar una disciplina dolorosa con un principio poderoso.
Vemos esto en varias ocasiones en la historia de Daniel. Él y sus amigos fueron secuestrados por los babilonios, que cambiaron sus nombres y procedieron a adoctrinarlos en la cultura babilónica. Pero Daniel adoraba al verdadero Dios, y no quería ceder ante ellos.
Daniel sabía que la comida, que sus captores le daban, se ofrecía a los ídolos, lo cual deshonraba a Dios. Así que decidió no comerla. Y la fortaleza de su determinación fue ésta:
"Daniel estaba decidido a no contaminarse comiendo la comida y el vino dados por el rey. Pidió permiso al jefe del Estado Mayor para no comer estos alimentos inaceptables" Daniel 1:8 NTV.
Daniel tomó una decisión antes de ser tentado. No esperó hasta que el abrumador aroma de la comida debilitara su determinación. Antes de ser tentado, decidió ser disciplinado. Y sabía que su principio de decir que no era más poderoso que la tentación de decir que sí.
Después de solo comer verduras, Daniel y sus amigos resultaron ser los hombres más fuertes entre todos los demás cautivos. Y Daniel siguió tomando decisiones disciplinadas como esta a lo largo de su vida.
Más tarde, cuando el rey Nabucodonosor decidió obligar a todos a adorar una estatua de oro, Daniel y sus amigos se negaron, y Dios apareció de una manera poderosa. Muchos años más tarde, el rey Darío emitió un decreto que exigía que la gente le orara solo a él. Daniel se negó de nuevo, continuando orando a Dios como lo había hecho regularmente.
Una historia bastante increíble, ¿verdad? Pero Daniel no podía tomar esas decisiones difíciles sin rendirse diariamente a Dios a través de un hábito de oración regular. Así que, si quieres ser disciplinado, empieza poco a poco. Elige un hábito para empezar. Y elige un principio para mantenerte estable. Al igual que Daniel, esa determinación de hacer lo correcto sobre lo que es fácil valdrá la pena a largo plazo.
Desafío: ¿Cuál sería una pequeña disciplina que puedes empezar? ¿Qué Escritura, verdad o principio utilizarás para mantenerte enfocado?
Acerca de este Plan
La disciplina que desarrollas hoy determina las historias que contarás mañana. Entonces, ¿cómo te sientes con la historia que estás contando? En este Plan bíblico de 7 días que acompaña a la serie de mensajes "La mayor recompensa" del pastor Craig Groeschel, descubriremos qué es la disciplina, por qué es importante y cómo incorporarla en nuestra vida física, mental y espiritual.
More