Por feMuestra
Por fe o por temor
Hoy vamos al libro de Daniel para conocer a tres jóvenes valientes. Daniel nos cuenta que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, llegó a Jerusalén y la rodeó. Joacim, rey de Judá, fue entregado en manos de Nabucodonosor y las posesiones del templo fueron capturadas. Además del pueblo como prisioneros, este despiadado rey quería a lo jóvenes más apuestos e inteligentes para su servicio. Entre los elegidos estaban Daniel, Sadrac, Mesac y Abednego.
Daniel interpretó un sueño que Nabucodonosor tuvo sobre una estatua de oro. La capacidad de Daniel lo sorprendió, y se postró y adoró al Dios de Daniel. Puso a Daniel como gobernador de Babilonia y a Sadrac, Mesac y Abednego como líderes en una buena posición.
La nueva adoración de Nabucodonosor por Dios no duró mucho, ya que Daniel 3 lo muestra mandando a construir una estatua de oro de 30 metros. El rey tenía instrucciones específicas para todos que cuando escucharan la música. Debían postrarse y adorar la estatua de oro. Si se negaran, serían arrojados a un horno en llamas (Daniel 3:5-6).
Algunos astrólogos le dijeron al rey que Sadrac, Mesac y Abednego no obedecían su orden y se enfureció. Cuando les preguntó, ellos dijeron que no tenían que responder ante él. Llevaron a Nabucodonosor al límite de sus emociones, y le respondieron así:
Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad. Pero, aun si nuestro Dios no lo hace así, sepa usted que no honraremos a sus dioses ni adoraremos a su estatua.Daniel 3:17-18 NVI
Sabían que diciendo esto los ponía en el horno tan caliente que los mataría instantáneamente. Pero ni sus prendas ni sus cabellos fueron quemados. Dios los protegió y Nabucodonosor quedó asombrado por su Dios.
La fe de estos tres hombres jóvenes es alucinante, ¿no? Eran judíos que adoraban a Dios en medio del cautiverio y sabían cuál sería el castigo por su desobediencia. Aún así, ellos no cambiaron su lealtad ni su compromiso con sus convicciones ni permitieron que el temor se apoderada de ellos. Sabían que Dios podía salvarlos y lo haría, pero decidieron de antemano, que aunque no lo hiciera, nunca se inclinarían ante estatuas de oro falsificadas. Ellos podían haber permitido que el temor los consumiera, pero en lugar de ello eligieron su fe.
La mayoría de nosotros probablemente nunca enfrentemos este tipo de persecución por nuestra fe. Aún así, permitimos que el temor nos abrume en algunas situaciones. ¿Cómo sabemos si estamos viviendo en temor o caminando en fe? Si decimos “que tal si” nos matamos, nos consume el temor. Pero, si añadimos “incluso si” a nuestro vocabulario, estamos caminando en fe. Sea lo que sea a lo que te enfrentes, debes saber que nuestro Dios es más grande que cualquier circunstancia de tu vida.
Escrituras
Acerca de este Plan
La fe es dirigir nuestra confianza, seguridad y creencia hacia algo o alguien. La Biblia nos muestra bastantes ejemplos de personas comunes mostrando una extraordinaria fe en Dios. En este Plan, aprenderemos acerca de algunas personas de la Palabra de Dios que nos mostrarán cómo vivir por fe.
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