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Obedecer por fe

Si no crees que hay controversia en la Biblia, ¡piénsalo dos veces! Hebreos 11:31 (NVI) diceque: "Por la fe la prostituta Rajab, no murió junto con los desobedientes, pues había recibido en paz a los espías". Esta mujer no solo era una prostituta, sino que albergaba a espías. Hoy, aprenderemos cómo Dios la usó no solo para ayudar a los israelitas a tomar la tierra que Dios les dio, sino también para entender el papel que ella jugó en la venida al mundo de nuestro Salvador. Pero primero, conozcamos el trasfondo. 

En Josué 1 surge un nuevo líder que lleva a los israelitas a su "Tierra Prometida". Pero, antes de poder hacerlo necesitan conocer qué les esperaba. En el siguiente capítulo, Josué envió a dos espías a "exploren bien la tierra que está del otro lado del río Jordán, especialmente alrededor de la ciudad de Jericó" (Josué 2:1 NTV). Los dos espías llegaron a la casa de Rajab, una prostituta, en la ciudad cananea de Jericó, donde pasaron a noche. 

Algunos de los funcionarios del pueblo descubrieron su presencia en la casa de la prostituta y fueron a interrogarla. Rajab negó saber algo sobre ellos e incluso dijo que ellos ya se habían ido. Todo el tiempo, ella los había escondido en su techo. 

Rajab vivía entre los cananeos, que eran conocidos por su maldad. Adoraban ídolos, participaban en actos prohibidos e incluso sacrificaban niños para sus dioses. Esta era la cultura en la que ella vivía, así que pudiera ser confuso que una prostituta ayudara a estos espías. Pero Josué 2:9 nos da una pista de por qué: "Yo sé que el Señor les ha dado esta tierra".  El resto de la historia nos dice que gracias a la ayuda de Rajab, los israelitas salieron victoriosos de Jericó. Además de la victoria, toda la familia de Rajab se salvó. Así fue como Rajab ayudó a que los israelitas reclamaran la tierra que Dios les había dado. 

Su papel en el nacimiento de Jesucristo fue igual de valioso. Poco más se menciona sobre Rajab a excepción de recordar lo que hizo para garantizar la Tierra Prometida para los israelitas. Pero cuando llegamos al Nuevo Testamento, vemos mencionado su nombre nuevamente. Esta vez, de forma sorprendente. 

Mateo 1 detalla los antepasados del Mesías, Jesucristo. Vemos los famosos nombres de Abraham, Isaac y Jacob, pero cuando llegamos al versículo 5, encontramos el nombre de Rajab. Ella se casó con un israelita y fue madre de Booz, un hombre legendario y bondadoso que compartía la sangre de nuestro Salvador. Y eso significa que su madre, antigua prostituta, también lo hizo. 

La fe que demostró Rajab en un Dios desconocido es algo que a muchos de nosotros nos asombra. Como seguidores de Jesús, Dios nos asombra bastante seguido. Conocemos Su carácter y Sus problemas y elegimos confiar en Sus caminos. Pero Rajab no se basó en ello. Ella simplemente sabía que era algo diferente y Dios le ordenó ser parte de ello sin importar su profesión o su desconocimiento de quién era Él.