1 Juan "Y Lo Que Era Desde El Principio"Muestra

Querido (a) amigo (a), es fácil amar a las personas que nos aman, pero la verdad es que hay momentos en los que no es tan fácil amar. No hay una sola persona que lea este devocional que nunca haya sido lastimada por otra y, de la misma manera, que haya causado dolor a otra. 

Perdonar a los demás suele ser difícil. Las heridas del dolor penetran profundamente en nuestras vidas. El dolor puede ser reciente o retroceder años. Nuestra capacidad para amar a los demás en momentos de dolor es limitada y circunstancial, pues tiene que ver con cómo nos sentimos por la otra persona y la forma en que nos han tratado. 

Pero, la verdad es que, el solo entendimiento de nuestro propio pecado, y el perdón misericordioso de Dios que hemos recibido en tantas oportunidades son el mejor aliciente que necesitamos para poder tomar la decisión de perdonar a los demás cómo Cristo nos perdona siempre. 

Es a través del perdón que Dios sana nuestras heridas más profundas y nos libera de nuestras prisiones de ira, odio, resentimiento, y autodesprecio, es por eso, por lo que es tan revolucionario perdonar a los demás, porque no solo se trata de lo que pasa en la otra persona, sino también en nosotros y especialmente en nuestro corazón y en nuestra relación con Dios.

Mediante la muerte y resurrección de Jesús, Dios compartió contigo y conmigo el don y la libertad de perdonar a los demás, sí lo sé, no es fácil, pero es poderoso y hermoso. Soy consciente que no se trata de ocultar el dolor o aprobar el daño causado, sino más bien de avanzar y no quedarnos estancados por causa de los deseos de venganza y dolor.

Al final te darás cuenta de que Dios quiere mucho más para ti y el perdón abre la puerta para vivir plenamente en esa realidad donde podrás experimentar todo el gozo, poder y libertad que Dios nos ofrece amorosamente. 

Querido (a) amigo (a), que el amor de Dios te libere para perdonar hoy, es mi oración por ti.