[Grandes Versos] La naturaleza de nuestro DiosMuestra

La pasión por conocer a Cristo

Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo.

La razón principal por la que existes es conocer a Dios. Pablo entendió eso. Su vida había sido tan transformada por el amor y la gracia de Jesucristo que nunca se recuperó. Durante el resto de su vida, su pasión era conocer a Cristo. Pablo entendió que este era el privilegio de la vida humana.

J.I. Packer, en su clásico libro Knowing God (Conociendo a Dios), escribió:

«¿Para qué fuimos creados? Conocer a Dios. ¿Qué objetivo debemos fijarnos en la vida? Conocer a Dios. ¿Cuál es la «vida eterna» que Jesús da? Conocimiento de Dios. “Esta es la vida eterna, para que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3). ¿Qué es lo mejor de la vida, lo que trae más alegría, deleite y satisfacción, que cualquier otra cosa? Conocimiento de Dios».

Y Jim Elliot, que fue mártir cuando era joven en las selvas de Ecuador, dio voz elocuente en su diario a la gloria de conocer a Cristo, como se ve en el libro de su esposa Elisabeth, Sombra del Todopoderoso:

«Me fui a la colina. Es hermoso, delicioso. Para estar abrazado por las sombras de un árbol amistoso con el viento que tiraba del faldón del abrigo y los cielos que saludan tu corazón, para mirar y gloriarse y entregarse de nuevo a Dios, ¿qué más podría un hombre pedir? Oh la plenitud, el placer, la emoción de conocer a Dios en la tierra. No me importa si alguna vez elevo la voz de nuevo hacia él, si solo puedo amarlo a él, agradarlo a él. Quizás en misericordia me dé una hueste de niños a los que pueda guiar a través de los vastos campos de estrellas, para explorar sus manjares, cuyas puntas de los dedos queman. Pero si no, si solo puedo verlo a él, tocar su ropa, y sonreír a los ojos de mi amado, ah, entonces, ni las estrellas ni los niños importarán, solo él mismo».