[Grandes Versos] La naturaleza de nuestro DiosMuestra

La naturaleza de un Dios siervo

Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Jesús, en la Encarnación, se despojó a sí mismo. Pero ¿de qué se despojó Jesús? No de su estatus de deidad sino de su gloria, de su honor y de sus privilegios.

En 1936, el rey de Inglaterra, Eduardo VIII, abdicó el trono para poder casarse con una estadounidense divorciada llamada Wallis Simpson. Las leyes británicas prohibían al rey casarse con una mujer divorciada, y Edward eligió el amor por encima de la realeza. Todavía era la misma persona, pero renunció a su gloria y a todas las trampas de la realeza. La abdicación de Eduardo VIII proporciona un paralelismo humano con la Encarnación cuando Jesús se despojó a sí mismo, eligió el amor por nosotros sobre la gloria.

La palabra «forma» en el versículo 7 es nuestra palabra morpho, la misma palabra que vimos en el versículo 6. Recuerden, la palabra significa «naturaleza esencial». La naturaleza esencial de Jesús no es solo la de Dios, sino también la de un siervo. Su naturaleza siempre ha sido una naturaleza de servicio, ya que es una parte esencial de él, no periférica, opcional o temporal. Jesús no llegó a ser siervo cuando vino la tierra, siempre ha sido un siervo. Dios es siervo por naturaleza, un humilde servidor. De hecho, Dios es el siervo más grande del universo. Nos sirve y satisface nuestras necesidades porque nos ama. Por lo tanto, debemos llegar a ser siervos humildes si somos seguidores de Jesús.

Peggy Noonan, quien escribió una biografía de Ronald Reagan, entrevistó a un amigo de Reagan para su libro When Character Was King (Cuando el carácter era rey): «Lo que tienes que entender», dice la señora Jorgensen, «la clave de Ronnie es esta: lo conocí como actor de cine, como Gobernador del Estado de California, como presidente de los Estados Unidos, y lo que pasa con él es que nunca cambió. Era humilde. No tenía sentido del derecho. No se trataba de él, nunca».

Richard Halverson, en su nombramiento como capellán del Senado de los Estados Unidos, retrocedió ante la idea de usar la posición como plataforma para hablar con la nación. «Eso sería un horrible abuso de esta posición. Voy allí para servir a los senadores, sus familias y sus empleados, no para encontrar una plataforma para hablar con la nación». Preguntó: «Cuando ores por mí, hazlo para que me mantenga invisible».

El difunto Dawson Trotman, fundador del ministerio cristiano The Navigators (Los navegadores), estaba visitando Taiwán en uno de sus viajes al extranjero. Durante la visita, caminó con un pastor taiwanés a uno de los pueblos de montaña para reunirse con algunos de los cristianos locales. Los caminos y senderos estaban mojados, y sus zapatos se volvieron muy fangosos. Más tarde, alguien le preguntó a este pastor taiwanés qué era lo que más recordaba de Dawson Trotman. Sin dudarlo, el hombre respondió: «Me limpió los zapatos». ¿Qué tan sorprendido debe haber quedado este humilde pastor para levantarse en la mañana y darse cuenta de que el líder cristiano de América se había levantado antes que él y limpió el barro de sus zapatos! Un espíritu de servidumbre marcó a Dawson Trotman a lo largo de su vida cristiana. Murió mientras daba su vida para rescatar a otra persona de ahogarse. Eso es servir.

¿Soy un siervo? ¿Busco maneras de servir a la gente que me rodea? ¿Alguien en la iglesia o en el trabajo necesita un oído alentador, una palabra alentadora, un abrazo cálido o incluso un desafío amoroso? ¿Mi cónyuge necesita más atención, afirmación, afecto o ayuda en casa? ¿Mis hijos necesitan mi tiempo, mis abrazos o mi disciplina? ¿A quién me llama Dios a servir hoy?