El proceso de hacer discípulos Muestra

Enviados

El propósito de hacer discípulos es entrenarlos y luego enviarlos para que vayan y cumplan el propósito de Dios de establecer su reino en cada vida que él llama, incluyendo la del discípulo enviado.

En Juan capítulo 17, Jesús ora por sí mismo: «Glorifica a tu Hijo para que él, a su vez, te dé la gloria a ti». Después ora por sus discípulos: «Protégelos con el poder de tu nombre para que estén unidos como lo estamos nosotros». Por último, Jesús ora por ti y por mí: «No te pido solo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos. Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste». Jesús fue enviado al mundo para establecer el reino de Dios reconciliando todas las cosas en el cielo y en la tierra.

Mateo capítulo 10 nos dice que, «Jesús reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar espíritus malignos y para sanar toda clase de enfermedades y dolencias». Jesús envió a sus discípulos al mundo con la autoridad de anunciar que el reino del cielo está cerca. Les dijo: «¡Den tan gratuitamente como han recibido!». 

Dios escogió a doce hombres comunes que seguirían a Jesús para experimentar sus señales y maravillas a través de alguien más grande de lo que podrían haber imaginado: Emanuel, Dios con nosotros. Los discípulos no tenían la capacidad de creerle plenamente a Jesús hasta el día en que recibieron el Espíritu Santo, y entonces experimentaron a Dios dentro de ellos. Marcos 16:20 dice que los discípulos «fueron por todas partes y predicaron, y el Señor actuaba por medio de ellos confirmando con muchas señales milagrosas lo que decían».

Por eso tú y yo estamos aquí hoy. Porque doce hombres comunes escucharon a aquel que los llamó, se levantaron y lo siguieron, caminaron con él, creyeron y recibieron su mensaje. El mensaje que los discípulos creyeron transformó tanto sus vidas que murieron por él siendo testigos del reino de Dios en todo el mundo.

El reino de Dios tiene que ser visto, creído y experimentado. Su estilo de vida tiene que ser practicado en perfecta unidad con el Padre para luego impartirlo a los demás. Los discípulos sólo pueden impartir lo que han llegado a experimentar por sí mismos. 

Dios hace discípulos que dan libremente tal como han recibido.

Si deseas saber más sobre LAS MISIONES MUNDIALES INDIGENAS, por favor sigue el enlace: http://www.worldim.com