El proceso de hacer discípulos Muestra
Un testigo contigo
Mientras caminaban con Jesús, los discípulos fueron testigos de su poder, amor, obediencia y paz. Jesús les impartió quién era él —experimentaron a Dios de primera mano—, aunque en ese momento, los discípulos no eran capaces de comprender ni creer todo lo que Jesús les enseñó.
En el evangelio según Juan, Jesús da a sus discípulos una idea de la relación que siempre ha tenido con el Padre: «En verdad les digo que el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, eso también hace el Hijo de igual manera». La palabra clave aquí es nada. Jesús modela mansedumbre.
Jesús habla de la comunión continua que tiene con el Padre: «Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta; juzgo según Dios me indica. Por lo tanto, mi juicio es justo, porque llevo a cabo la voluntad del que me envió y no la mía». Entonces Jesús añade: «¿Acaso no crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí».
Al caminar en el Espíritu y pasar tiempo con Jesús cada día, Dios producirá su propósito en nosotros: conformarnos a la imagen de su Hijo. En Juan 15, Jesús les explica a sus discípulos cómo funciona esta relación de Maestro-Discípulo: «Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Pues una rama no puede producir fruto si la cortan de la vid, y ustedes tampoco pueden ser fructíferos a menos que permanezcan en mí. Ciertamente, yo soy la vid; ustedes son las ramas. Los que permanecen en mí y yo en ellos producirán mucho fruto porque, separados de mí, no pueden hacer nada».
Después de la muerte de Jesús, Pedro y Juan, que habían caminado de cerca con Jesús, se escondieron junto con el resto de los discípulos porque sabían que, sin Jesús, no podían hacer nada. Cuando Jesús fue resucitado de entre los muertos, se reunió de nuevo con sus discípulos y les instruyó que esperaran a que llegara la promesa del Padre: su Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es el único medio por el cual un discípulo de Jesús puede «permanecer en él y dar mucho fruto». Después de recibir el Espíritu Santo, Pedro y Juan estaban llenos de valor y las personas a su alrededor se dieron cuenta de que estos ‘hombres comunes’ habían estado con Jesús. ¡Esa fue la obra de Dios!
No se trata de quién eres tú, sino de aquel que te llama a su propósito.
Escrituras
Acerca de este Plan
Jesús llamó a doce hombres comunes a seguirlo de cerca a fin de que pudiera impartirse a ellos. Jesús los llevó a través de un proceso de desarrollo y maduración para que cuando se fuera, pudieran repetir este proceso con los demás. Esta práctica nos une hoy. Somos discípulos de Jesús porque hace dos mil años, doce hombres valientes pasaron tiempo con Jesús y fueron enviados a discipular a otros.
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Nos gustaría agradecer a World Indigenous Missions por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.worldim.com