Él nunca llega tarde 

Una de mis historias bíblicas favoritas está en Juan Capitulo 11. Allí encontramos el relato de la enfermedad y muerte de alguien a quien Jesús amaba mucho. Uno de sus grandes amigos, Lázaro; estaba pasando un momento muy difícil y Jesús parece no responder a tiempo. 

Jesús, aquel que podía hacerlo absolutamente todo, que una palabra suya bastaba para sanar, que tenía el poder para calmar en un segundo la tempestad que estaba pasando esta familia, no actuó cuando ellos lo esperaban. 

¿Similar a tu vida, verdad? Dios ya te ha mostrado en algún momento lo poderoso que es, lo rápido que contesta cuando lo buscamos de todo corazón, los milagros y prodigios que hace, su manera hermosa de guiarnos y llevarnos hasta la salida… ¿Pero y en este momento? Ya parece haberse tardado muchísimo, ya parece no haber solución a tu problema, ya parece que se cerró la puerta y todo ha terminado. 

Eso mismo sintieron Marta y María al ver a su hermano morir y a su maestro no llegar a sanarlo. Todos hubiéramos imaginado a Jesús salir corriendo para solucionar el problema de sus amados amigos, pero en cambio se detuvo e hizo silencio. 

Cuando Marta y María lo vieron venir le dijeron: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (v.21) Algo similar a lo que le decimos nosotros. Si no te hubieses quedado callado, si me hubieses respondido, si hubieses parado esta prueba. 

¿Pero qué pasó? El silencio de Jesús era con propósito. Aunque era una prueba difícil, ante la vista de muchas personas y conocido como un acto increíble y maravilloso del que se sigue predicando una y mil veces para levantar la fe de muchos; Jesús resucitó a Lázaro. ¡Wow! El único con el poder de dar vida a lo que ya estaba muerto, el único con el poder de revivir sueños, de sanar heridas, de abrir puertas que nadie puede cerrar. 🙌​ 🏼🙏🏼 

¿Para qué sirvió el silencio de Jesús y la aparente tardanza en obrar? Para glorificarse, para actuar cuando ya no habían soluciones humanas y para demostrar que Él nunca llega tarde, que Él siempre tiene el control y que hay que dejar a Dios ser Dios. 🌟​ 

Por: Sara Arcila @tiempodeimpacto