Restauración: Plan bíblico de lujoMuestra

Día 17: Ven Jesús

“Estuve ocupado

Tratando de probar un punto

Y no estaba ganando nada

Estaba perdiendo puntos

Ahora estoy ocupado

Tratando de amar a la gente

A pesar de que quieren quitarme mi voz

Yo me amo 

No dejes que esto te moleste

Toda esa amargura te devorará

Persígueme

Llámame falso y estúpido

Pero si Jesús me ama deberías seguir el ejemplo”

Esta canción hace gala de la libertad en Cristo. Estoy celebrando la liberación del ego y la crítica infligida por los demás. En estos últimos años he recobrado la confianza para cumplir con el llamado de Dios, pero esta libertad viene directamente entregada por Jesús. En este breve estudio quiero compartir más sobre este concepto y quizá termines divirtiéndote con este disco tal como yo. Comencemos.

Toma un momento para imaginar que estás sentado ante una mesa y frente a ti hay una silla vacía. Ahora, imagina que la última persona que te hizo un cumplido, entra, se sienta en la silla y te dice lo que opina sobre ti. Si aceptas lo que te dice, te sentirás muy complacido. Seguidamente entra una persona que hizo un comentario negativo sobre ti y se sienta para darte su opinión, si aceptas lo que dice, ¡seguramente te sentirás terriblemente mal! 

Por ridiculo que parezca este ejemplo, es así como vivimos nuestras vidas; dejando un asiento libre en nuestra mente para la opinión de otros, permitiendo que ellos definan lo que somos. Siendo honestos al respecto, nuestros ojos deben abrirse para ver el daño que este modo de pensar puede ejercer en nuestras vidas. Dependiendo con cuántas personas interactuemos diariamente, esta confusa y cambiante actividad de identidad puede convertirse agotadora y difícil de sobrellevar. Si no se lo detiene, este patrón puede convertirse en una vivencia de profunda inseguridad. El problema es este: estamos dejando libre el sitio reservado para un Dios perfecto, lleno de amor, y permitimos que sea ocupado por humanos imperfectos que no tienen lugar al definir nuestra identidad.

En vez de dejar que mi mente imagine que la gente ocupa esa silla, he aprendido a orar y a pedir que Jesús venga, que ocupe la silla y me ministre palabras de afirmación, corrección, e identidad. Con esta canción quiero invitarte a hacer lo mismo. En Cristo tenemos todo lo que necesitamos y si permitimos que Él aclare nuestra mente sobre esto, podremos dejar de esperar que otros definan nuestras vidas a través de sus perspectivas finitas. Si dejamos este lugar libre solo para Cristo, permitimos que sus palabras de verdad y amor nos guíen hacia las vidas con propósito que ha designado para nosotros. Cuando nos liberamos de nuestra propia perspectiva distorsionada y de la percepción de otros, encontraremos la vida que vale vivir. Por último, también aprendemos a evitar sentarnos en la silla de juicio de la vida de los demás.

Oración: toma un momento y pídele a Dios que abra tus ojos a la verdad de lo que dice sobre ti. Pídele que te revele cualquier mentira sobre tu autoimagen a la que te estés aferrando. También pregúntale a Dios quien podría estar sentado en la silla de juicio de tu vida y ora para tener el valor de quitarlo de tu imagen mental. Finalmente, ora y pide a Jesús que venga, que tome el trono de tu vida y que sea la única autoridad respecto a tu identidad. Pide esto en oración y permite que Jesús sea la rampa de salida de la montaña rusa de emociones que vienen como resultado de una identidad insegura.